Sergio Pérez disputará su segundo Gran Premio de México a bordo de un automóvil de Red Bull, con la esperanza de mejorar el tercer lugar de hace un año y con varias circunstancias a su favor.
Checo tiene la gran oportunidad de conseguir el triunfo frente a sus cientos de miles de seguidores en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
El tapatío llega en un buen momento personal. Luego de un par de malas presentaciones en Países Bajos y en Italia, una actuación para enmarcar en Singapur cambió la dinámica, no sólo para el conductor, sino dentro del garaje, lo que se confirmó con el segundo puesto en Japón y el cuarto en Estados Unidos.
Esos resultados lo han dejado en el tercer sitio de la clasificación, dos puntos por detrás del monegasco Charles Leclerc (Ferrari), por lo que está cerca de alcanzar su mejor colocación en una temporada de Fórmula 1, ya que al salir de la capital mexicana sólo quedarán dos fechas en el calendario: Brasil y Abu Dabi.
Además, su coequipero, el neerlandés Max Verstappen aseguró el título de pilotos desde Suzuka y la escuadra también ya obtuvo la corona en Austin y por lo tanto, el único objetivo en la fábrica es que el volante número 11 logre el subcampeonato, para un 1-2 que nunca ha tenido la compañía austriaca.
Otro aspecto para tomar en cuenta para Pérez es que cambió el motor en Estados Unidos, por lo que se retrasó en la salida, pero llegará con una planta de poder recién estrenada y sin castigos por cumplir a la cita en su país. Una combinación de factores que están de su lado.
El jalisciense ha vivido su mejor campaña en la máxima categoría y la manera de coronarla sería con su tercera victoria del 2022 y escuchando el himno nacional en lo más alto del podio, mientras más de 100 mil espectadores lo cantan, aunque para ello tendrá que superar no sólo a Verstappen y a Leclerc, sino al español Carlos Sainz (Ferrari), que también es candidato y a los dos monoplazas de Mercedes que aspiran a inaugurar ese casillero este año
