Una ambulancia arribó hace unos momentos a un domicilio de Riveras de Sacramento, justo donde se encontraba el director Ejecutivo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, Alan “El Cabrito” Falomir, el funcionario acudió a dicha colonia con la intención de demostrar que el agua que sale de las llaves es completamente potable, pero al parecer termino con un cuadro de malestar estomacal.
El Cabrito llegó acompañado de su más cercano equipo donde se reunió con varios vecinos de Riveras de Sacramento, para que vieran con sus propios ojos que el agua que llega a sus domicilios puede ser ingerida sin ningún problema por los habitantes de la zona.
Doña Rosa Cárdenas, insistió al Director de la JMAS que no lo hiciera y que mejor se tomara un vaso de agua proveniente del filtro, ya que los efectos secundarios podrían ser inmediatos, pero El Cabrito estaba seguro que había ordenado poner bastante cloro en los tanque de agua para que estuviera limpia y transparente.
El Cabrito comenzó a abrir lentamente la llave del agua del fregador, los habitantes de Riveras de Sacramento observaban detenidamente lo que estaba a punto de hacer, al notar esto, el director de la Junta de Agua, empezó a sudar, y creyó por un momento que los vecinos tenían la razón, pero no podía arrepentirse.
De pronto, vino el primer sorbete y nada paso, confiado de que el agua estaba limpia, decidió tomarse todo el liquido completo del vaso, pasaron varios segundos y no hubo ningún malestar o algún cambio.
De pronto, Alan Falomir rodeado de todos los vecinos, y varios cholos del barrio empezó a experimentar un retortijón, colocó sus manos en el abdomen y pidió a uno de sus colaboradores ayuda inmediata.
El asistente escucho detenidamente lo que emanaba de los labios de El Cabrito, y se dijo así mismo, “es una broma”, pero rápidamente reaccionó y llamó a una ambulancia, la cual llegó rápidamente al domicilio y lo trasladó al hospital Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Sin embargo, en el trayecto de Riberas de Sacramento al hospital Morelos, El Cabrito, dio cuenta que el agua de dicha colonia estaba causando otros tipos de efectos en su conducta y vocabulario, ya que de su boca salían palabras como, “apúrele jefe, me voy a torcer”, “Dame tu celular cab**¨n, te doy chanza que le quites el chip hijo” “llegale carnalito o aquí quedas”
Finalmente El Cabrito ingresó al área de urgencias del IMSS con un cuadro de malestar estomacal intenso, fue internado por varios días y dado de alto exitosamente, donde se propuso poner él mismo los químicos en los tanques de agua, e incluso otorgar descuentos de hasta un 100 por ciento en los recibos.
