
El tapatío puede llevar su ‘rebeldía’ a otro nivel y pelear rueda a rueda con la joya de la empresa de bebidas energéticas y demostrar que puede disputar el título (ESPN)
La temporada 2022 de la Fórmula 1 dejó como principal conclusión que el auto RB18 era el mejor de la parrilla y tras acumular éxitos, se trató de uno de los más dominantes de los últimos tiempos, con 17 triunfos en 22 carreras y 28 podios en total y aunque en poles sólo pudo sumar ocho, el diseño de Adrian Newey no tuvo rival.
Red Bull fue el mejor preparado para el cambio de reglas del ciclo anterior y aunque en la primera competencia ambos monoplazas quedaron fuera, en el resto del calendario apenas registraron tres retiros, por lo que el vehículo no sólo fue veloz, sino que fue bastante fiable. Con las mismas normas para este 2023 es de esperar que el carro azul vuelva a rendir al máximo nivel, al margen de lo que puedan acercarse sus adversarios, que han trabajado a marchas forzadas para intentar alcanzar al equipo de las bebidas energéticas, que tiene todo a su favor para repetir.
Por ello, el máximo candidato al título vuelve a ser el neerlandés Max Verstappen, quien acumuló 15 de esas 17 victorias, en una campaña de récord; sin embargo, su compañero, el mexicano Sergio Pérez tendrá (casi) el mismo automóvil, por lo que podría convertirse en la mayor amenaza para su vecino de garaje.
Después de todo, Checo fue el segundo piloto con más podios en 2022, con 11 (empatado con Charles Leclerc de Ferrari) y a pesar de trabajar para la consagración de su coequipero, fue capaz de ganar dos veces y de apuntarse la primera posición de honor en su trayectoria, en Arabia Saudita.
Incluso cuando faltaban dos fechas por disputar, el tapatío era segundo en la tabla y al llegar a la última prueba estaba igualado en 290 puntos con Leclerc, ambos por detrás de Verstappen, aunque en Abu Dabi el monegasco quedó por delante y al final se llevó esa ubicación en el campeonato.
Es precisamente ese cierre el que puede desencadenar un 2023 distinto al de los primeros dos años de Pérez en la escudería austriaca, porque Max no hizo lo suficiente para ayudarlo a quedar por delante del conductor de Ferrari, lo que provocó la molestia del mexicano, quien lo expresó con claridad en los medios de comunicación.
A pesar de la intervención de Christian Horner, director de la escuadra y de Helmut Marko, asesor del grupo, la relación ya no será tan armónica, por lo que Checo podría levantar la mano para dejar de ser el escudero y demostrar su talento con una máquina que aspira a volver a dominar el serial, al margen de la persona detrás del volante.
El tapatío puede llevar su ‘rebeldía’ a otro nivel y pelear rueda a rueda con la joya de la empresa de bebidas energéticas y demostrar que puede disputar el título, si le dan la posibilidad de hacerlo, sin provocar choques ni un mal ambiente, sólo con luchar de la forma más deportiva posible.
El año pasado ya demostró que merece ese asiento y hasta fue superior a Verstappen en algunos Grandes Premios, al margen de la temporada increíble que hizo el neerlandés. Sergio superó a su coequipero en cinco pruebas de calificación, incluida la de Arabia Saudita, en la que consiguió esa pole; en cuanto a los domingos, sólo al tomar en cuenta las carreras en que ambos terminaron, Pérez ganó la batalla interna en tres oportunidades, porque además de los dos triunfos (Mónaco y Singapur) brilló en Gran Bretaña cuando fue segundo, mientras que el hijo de Jos fue séptimo.