Resulta sorprendente que hasta hace relativamente pocas décadas, toda la movilidad de personas por las carreteras de la República Mexicana se realizara a través de camiones de pasajeros hechos en México, para ser más precisos en los antaño famosos autobuses Sultana.
Se trataba de una marca de la compañía Trailers de Monterrey, la cual vio en el creciente interés de los mexicanos por visitar diferentes partes del país, la oportunidad perfecta de venderles autobuses a las diferentes líneas transportistas.
Para darnos una idea de su casi omnipresencia, se sabe que con ellos daban servicio Transportes del Norte, los Chihuahuenses, Tres Estrellas de Oro, Transportes del Pacífico, Transportes Norte de Sonora, Autotransportes La Alteña, los Autobuses de Occidente, Autotransportes Mantem, Estrella Roja y Estrella de Oro, por mencionar algunas empresas.
Que por cierto esta última innovó en su tiempo, gracias a la potencia de los autobuses Sultana, al ofrecer un viaje de solo cinco horas y media de México a Acapulco. Pero lo más sorprendente fue que con los Sultana abrió la ruta México – Tijuana, con un tiempo de recorrido de 36 horas, empleando cuatro conductores en este viaje, una proeza.
Y las compañías de transportes abrieron ésta y otras rutas desde mediados de la década de 1950 hasta finales de los 70, primero con el Sultan Super Imperial TM-37-7D, luego vino el Modelo 7, después fabricaron el Super Imperial 8, mientras que para 1959 sacaron una innovación, se trataba del primer autobús panorámico hecho en México, la gente lo llamaba “jorobado”.
Para pronto, los autobuses Sultana, provistos de muelles resistentes a los baches de las carreteras y caminos de terracería, ayudaron a las empresas de transporte de pasajeros a abrir nuevas rutas o a hacer menos tiempo de recorrido en las ya existentes.
Sus virtudes fueron apreciadas también por las empresas transportistas de países latinoamericanos, por lo que decidieron importar los autobuses mexicanos a sus respectivas naciones, fue el caso de Perú, Colombia, Argentina, Guatemala y Honduras.
Hasta esas naciones llegaron modelos como el SP (Super Panorámico), una unidad equipada con 40 asientos de lujo, cafetería, salón de lectura, aire acondicionados y servicios sanitarios. También el Sultana 10 Std, que se usó para servir de transporte citadino de pasajeros en Paraguay. Es por estos y otros modelos que los Sultana son recordados hasta la actualidad por la población latinoamericana de mayor edad.
Pero todo terminó para Trailers de Monterrey, empresa que producía los Sultana, cuando tuvo que competir desigualmente con Dina, una compañía fabricante de autobuses creada por el estado mexicano para ensamblar autobuses de pasajeros.
Esto porque Dina no solo tenía ganancias por la venta de sus vehículos, también contaba con presupuesto público para operar. Los Sultana dejaron de hacerse y venderse en 1981.
Y así fue como por durante tres décadas los Sultana fueron los reyes de las carreteras mexicanas y latinoamericanas, pero todo se derrumbó por una terrible decisión gubernamental.