La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó los sismos en Turquía y Siria como el peor desastre natural del siglo en Europa, este martes 14 de febrero.
El doctor Hans Henri P. Kluge, director de la OMS para Europa, advirtió que la recuperación por los terremotos será lenta y los costos reales de la tragedia aún se desconocen.
“Estamos siendo testigos del peor desastre natural en la Región Europea de la OMS en un siglo. Todavía estamos aprendiendo acerca de su magnitud. Su verdadero costo aún no se conoce.
“La recuperación y la curación llevará tiempo y un esfuerzo fenomenal. Pero puedo asegurarles que la OMS se mantendrá firme, junto con la gente de Turquía y Siria, durante el tiempo que sea necesario”, sostuvo.
Hasta el momento, dijo, más de 31 mil personas han perdido la vida a causa de los terremotos en Turquía; no obstante, el número de heridos casi llega a los 100 mil.
El representante de la OMS también agregó que al otro lado de la frontera en el noroeste de Siria, el número de muertos es de casi 5 mil, por lo que “es probable que todas estas cifras aumenten”.
Incluso, aseguró que las necesidades son enormes, aumentando cada hora: “unos 26 millones de personas en ambos países necesitan asistencia humanitaria”.
Por esta razón, destacó que la semana pasada se enviaron a Turquía y Siria:
Tres vuelos chárter repletos de kits de emergencia y suministros médicos con destino tanto a Siria como a Turquía (suficientes para tratar a 400 mil personas y realizar 120 mil cirugías urgentes) y hay más suministros en camino.
Equipos de emergencia técnica en la zona del desastre para realizar evaluaciones de necesidades urgentes de salud pública y apoyar a nuestras oficinas de campo existentes en el área.
Se han liberado 16 millones de dólares de nuestro Fondo de Contingencia para Emergencias para ayudar a personas necesitadas.
En Turquía, aproximadamente 1 millón de personas han perdido sus hogares y viven en refugios temporales. Según las autoridades turcas, unas 80 mil personas están hospitalizadas, lo que supone una enorme presión para el sistema de salud.
Poco más de una semana después del terremoto, también existe una creciente preocupación por los problemas de salud emergentes relacionados con el clima frío, la higiene y el saneamiento, así como la propagación de enfermedades infecciosas.
Ante esto, la OMS lanzó un llamamiento de 43 millones de dólares para apoyar la respuesta al terremoto en Siria y Turquía.