
La teoría crítica de la raza surgió en la segunda mitad del siglo XX como un modelo teórico que buscaba dar una explicación a las inequidades raciales en EE.UU. En ella se explica que la discriminación de una persona por su raza no es un problema que exista únicamente dentro del individuo, sino que se ha transferido a las estructuras sociales en las que habitamos, algo que se ve reflejado en las instituciones o las leyes.
El modelo también se aplica para otros tipos de discriminación, ya sea por género, identidad sexual, etc.
El desarrollo académico de la teoría crítica de la raza se atribuye a un grupo de profesores -vistos como radicales hacia finales de los 80- que recogieron muchas líneas de pensamiento que veían el movimiento de los derechos civiles de los años 60 como un “trabajo inconcluso”.
Algunos de sus exponentes más acérrimos creen que eliminar las inequidades con las estructuras existentes es imposible, y piden casi una restructuración completa de instituciones como la policía o las instituciones educativas.
Para muchos de los precursores de la CRT, la lucha por los derechos civiles en los años 60 quedó inconclusa.
Muchos de los avances en derechos civiles que se dieron en los años 60 -como el fin de la segregación racial y la igualdad ante la ley- se basaron en esta idea de que históricamente, algunos grupos minoritarios no habían tenido las mismas oportunidades que otros.
Para algunos comentaristas -especial pero no exclusivamente en la derecha- la teoría crítica de la raza está en el centro de los enfrentamientos culturales que vive EE.UU.
Los críticos de la teoría dicen que está detrás de las tensiones que se viven últimamente en el país.
Esta “tensión” que se genera cuando la CRT reclama que se subordinen derechos considerados como fundamentales (como la libertad de expresión) para desmontar estructuras racistas es una de las más grandes críticas que se le hace a la teoría.
En eso se basan los proyectos de ley que se tramitan en las legislaturas de 16 estados distintos que buscan prohibir que se enseñe la teoría en las escuelas.
La legislatura del estado de Rhode Island, en el noreste del país, debate por ejemplo un proyecto de ley que busca prohibir enseñar “cualquier concepto que sostenga que EE.UU. es inherentemente racista o sexista”.
La CRT incluso recibió críticas de la Casa Blanca en 2020, durante la presidencia de Donald Trump.
En un memorando se prohibió a las agencias federales invertir recursos en formación de CRT, debido a que la consideraban una teoría “divisiva” y “antiestadounidense”.
“La propaganda polarizante, falsa y denigrante del movimiento de la teoría crítica de la raza va en contra de lo que representamos como estadounidenses, y no debería tener lugar en el gobierno federal”, sentenció el documento.
Muchos académicos insisten en aclarar que la teoría crítica de la raza es un modelo de pensamiento, una manera que tienen para explicar la inequidad racial y de género que existe en todas las escalas de la vida en EE.UU.
Muchos jóvenes defienden las ideas de la teoría crítica de la raza en sus escuelas y universidades.
Pero más allá del mundo académico, existen quienes dicen que negar la teoría crítica de la raza significa negar que el “racismo está en todas las estructuras sociales”.
La teoría crítica de la raza dice que hay instituciones estructuralmente racistas, y que hay que purgarlas o desmantelarlas completamente.
¿Por qué es un punto de campaña de los republicanos?
Para entender cómo la CRT se ha convertido en una batalla política se puede tomar al estado de Florida como ejemplo -aunque los casos se repiten en Texas, Ohio y otros estados dominados por una mayoría republicana en la legislatura.


