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domingo 22 de diciembre del 2024.

El Real Madrid se desangra sin gol y LaLiga es cada vez más del Barcelona

Guardado ayudó en los últimos minutos al Betis a aguantar el empate

Al Madrid se le ha ido LaLiga poco a poco. Un poquito ante la Real, otro poquito en el derbi, y otra pizca en el Villamarín, donde quedó patente el problema de gol. No se puede discutir la voluntad, tampoco la entidad de un Betis estupendo, liderado por un Rodri brillante, pero la realidad es que el líder se aleja dos puntos más y el bache blanco desde Anfield es evidente.

Las manos cobraron protagonismo muy pronto. Primero la de Courtois para desviar un disparo durísimo de Ayoze desde la frontal, tras descargar Borja Iglesias, una acción ajustada al plan bético de ataque. La otra mano fue algo más polémica. Fue la de Rüdiger incrustado en la barrera rival, envenenando el disparo de Benzema para sorprender a Claudio Bravo. No lo vio Soto Grado en directo porque era muy difícil de ver, pero Medié desde el VAR llamó al colegiado. Gol anulado en correcta aplicación de una norma que penaliza al atacante. De tocar en la mano un defensor se habría discutido si estaba pegada al cuerpo, si era intencionada…

Con la exigencia de ganar tras la victoria del Barcelona, Ancelotti cambió el dibujo. El 4-2-3-1, con Lucas y Camavinga en los costados, reforzó a Kroos en el medio con Tchouaméni, pero sobre todo desató a Rodrygo, a la espalda de Benzema, con libertad para asociarse y sorprender. La falta del gol anulado fue de Pezzella al brasileño, que se iba en vertical, y Miranda tuvo que taponar una doble pared del brasileño con Karim. Hasta Luiz Felipe le taponó un remate desde fuera del área con el pecho. Fue la mejor opción ofensiva del Madrid en el primer acto, que sigue extrañando a Benzema y Vinicius, perdidos en Anfield.

No hubo milagro final

El duelo era precioso, y la sensación era que quien marcase se llevaría el duelo. En parte por ese atasco que sufren los futbolistas más determinantes del Madrid, Vini y Benzema. El primer cambio fue Carva por Lucas, pieza por pieza, pero luego sorprendió metiendo a Ceballos y Nacho por Camavinga y Tchouaméni. El caso es que el Madrid creció hasta apoderarse del partido, y los cambios de Pellegrini no detuvieron la caída bética. Pudieron anotar Rodrygo, Ceballos o VInicius, los tres en buena posición, pero no embocaron, y los minutos se escapaban en lenta agonía. Como las opciones ligueras. Pidió penalti Benzema, derribado por Carvalho, y Pezzella escapó sin tarjeta pese al entradón que hizo a Vinicius, quien sí fue amonestado por protestar. Pero los errores arbitrales no pueden esconder a un Madrid frágil, sin acierto y sin convicción desde hace unas semanas. Ancelotti tiene una semana limpia para encontrar soluciones. Si no, la temporada pinta fea.

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