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martes 03 de diciembre del 2024.

“El Depredador” o “El Chacal de Ciudad Juárez”: Abdel Latif Sharif

Era 1993, niñas, adolescente y jóvenes desaparecían en la zona fronteriza de Ciudad Juárez, Chihuahua. Algunas aparecían brutalmente violadas, asesinadas y mutiladas, otras nunca fueron encontradas y continúa abierta su carpeta de investigación o no…

En esta ciudad también vivía un químico egipcio que más adelante habría sido detenido acusado estar detrás de estos crímenes.

Los aberrantes asesinatos parecían sacados del argumento de las cintas Hostel (2005, dirigida y producida por Eli Roth y Quentin Tarantino respectivamente), donde mujeres y hombres son secuestrados para diversión de turistas millonarios que pagan por matar con saña a desconocidos. Pero esto era real. ¿Qué había detrás? Se señaló a una red de trata de mujeres, ritos satánicos, turismo sexual y hasta asesinos seriales.

El 3 de octubre de 1995, Abdel Latif Sharif fue denunciado por una prostituta, Blanca Estela Díaz de 19 años de edad, de haberla secuestrado durante tres días, tiempo en que la habría golpeado, violado y amenazado de muerte. Los cargos fueron desechados al comprobarse que, a diferencia de lo que ella había declarado, no presentaba señales de abuso sexual.

Sin embargo, el gobierno de Chihuahua estaba siendo presionado para dar con el o los homicidas de las mujeres encontradas en Ciudad Juárez en la zona de Lote Bravo y Sharif tenía un largo expediente de abuso contra mujeres.

A 20 minutos de ser liberado, es reaprehendido esta vez por la desaparición de Elizabeth Castro García, una joven de 17 años de edad, con quien supuestamente Abdul sostenía una relación sentimental. La hermana de Elizabeth, Eunice Castro García, había denunciado la desaparición de esta el 15 de agosto de 1995.

El cadáver de una mujer que parecía corresponder al de Elizabeth fue encontrado sepultado en el desierto de Lote Bravo, pero la investigación dio un vuelco total cuando se comprobó que el cuerpo no pertenecía a Castro,- de hecho Elizabeth Castro estaba viva,- sino a otra mujer desaparecida en marzo de 1995, Silvia Rivera Salas. Según testigos Silvia había sido “levantada” (secuestrada) por dos sujetos en una camioneta.

Sharif fue declarado culpable y condenado a 30 años de prisión por la muerte de Silvia Rivera. También se abrió un nuevo proceso penal que lo acusaba del asesinato de otras 17 mujeres.

Abdel o Abdul Latif Sharif tuvo un origen musulmán y nació en Egipto, fue hijo único, durante su infancia habría sufrido de constantes abusos sexuales por parte de su padre y varios familiares varones, quedaría huérfano de madre siendo aún niño, su padre se oponía a que el asistiera a la escuela sin embargo siempre mostró cierta inteligencia, adiestraba palomas mensajeras, y pescaba en el río, a los 12 años su padre convino su matrimonio con su prima de 10 años, tres años después Sharif se retractaría de su promesa de matrimonio para viajar a los Estados Unidos.

Estudiaría Ingeniería Química en la Universidad del Cairo donde alcanzó un promedio de 9.9. Fue maestro de una preparatoria y una universidad, después de haber viajado a la Unión Soviética se fue a Nueva York donde pudo encontrar trabajo en empresas de pretoquímicos, cosméticos, pinturas y tratadoras de piel, era el profesional, atractivo, exitoso y joven. Las mujeres se convirtieron en una de sus obsesiones durante sus 21 años de estancia en Estados Unidos, contrajo matrimonio dos veces y tuvo cinco compañeras sentimentales con las que vivió largos periodos.

Emigró legalmente a Estados Unidos en 1970, arribó a Nueva York, en donde empezó a trabajar. Estuvo ocupado en un mismo empleo durante ocho años, cuando, en 1978, fue despedido a causa de sus problemas con el alcohol.

Entonces se trasladó a Pensilvania, donde residió durante tres años. En 1981, se mudó a Florida, en donde estuvo empleado en la empresa Cercoa Inc., durante este tiempo se suscitaron las primeras agresiones sexuales de Sharif; en 1982, contrae matrimonio y se divorcia, tras un breve lapso, después de haber golpeado a su esposa.

La primera supuesta agresión sexual de Abdul que se conoce ocurrió el 2 de mayo de 1981, en Palm Beach, Pensilvania, cuando con engaños- le había prometido un empleo como ama de llaves- llevó a una mujer a su casa, la secuestró, golpeó y violó en repetidas ocasiones. Posterior a las agresiones simplemente dejó ir a la mujer y le dijo que fuera a un hospital para tratar sus heridas.

La defensa de Sharif fue financiada por Cercoa Inc.; bajo el alegato de que fue un encuentro consensuado, Sharif solo enfrentó cargos por agresión, y no por violación y privación ilegal de la libertad, salió en libertad condicional.

Casi justo después de salir de prisión, en agosto de 1981, agrede a otra mujer. Esta ocasión es condenado a 45 días de prisión, nuevamente su defensa es financiada por Cercoa Inc. Curiosamente Sharif no fue despedido hasta 1982.

En 1982, tras su despido, se traslada a Gainesville, Florida, en donde contrae matrimonio. Su esposa se divorcia de él, después de que este la hubiera golpeado hasta la inconsciencia. El 17 de marzo de 1983, se registra la tercera violación de Sharif, nuevamente con el engaño de la oferta de empleo como ama de llaves, atrae a una mujer a su casa. La golpea, viola y amenaza de muerte, ella logra escapar y lo denuncia. Esta vez, es condenado a 12 años de prisión en 1984.

Tras pasar tan solo cinco años en prisión, sale en libertad en 1989, pero Sharif no es deportado a Egipto pese a que el juez había dictaminado que así sería. Ese año se traslada a Midland, Texas, en donde es contratado por la empresa trasnacional Benchmark Research and Technology. En 1993, supuestamente vuelve a violar a una mujer, su defensa es patrocinada por Benchmark Research and Technology, y en un acto de total impunidad, es dejado en libertad bajo la promesa de que nunca más volvería a pisar suelo estadounidense.

El 1994 llegó a México

Así el 14 de mayo de 1994, Abdul L. Sharif llega a Ciudad Juárez, todavía como empleado de Benchmark.

Sharif era un químico destacado, de hecho durante su estancia en libertad en México se mantuvo de las patentes en varios procesos petroquímicos que él había inventado.

Según la versión oficial Sharif era un promiscuo, alcohólico y pedófilo. Cuentan que solía torturar a animales moribundos durante sus expediciones de caza y que coleccionaba ropa de niña. Cabe destacar que según otras fuentes esta caracterización de Sharif fue una especie de chivo expiatorio de la fiscalía para hacer creíble las imputaciones en su contra, sin embargo tenía un largo historial de agresión a mujeres que hacían dudar esta versión.

Al estar en prisión, Sharif se dijo inocente y convocó a medios de comunicación para dar una rueda de prensa, en la cual según él, acusaría a los verdaderos asesinos de las mujeres encontradas muertas en Lote Bravo.

Ante la presión de la prensa y su escaso español salieron a la luz nombres como el de Alejandro Maynez y Melchor Maynez primo del primero. Alejandro, es el hijo adoptivo de un prominente empresario juarense dueño de casas de juego, bares y más lugares de ocio de la frontera con El Paso.

Sharif decía haberlo conocido en un bar del centro de Juárez donde, según dijo, alardeaba de haber asesinado y violado a las jovencitas con ayuda de su primo Melchor, las autoridades juarenses jamás indagaron sobre esa información pues el egipcio dijo que presuntamente el padre de Alejandro Maynez había “pagado” a las autoridades de la Procuraduría para que su hijo gozara de inmunidad total. Lo cual nunca fue aclarado o desmentido.

Detención de varias bandas de feminicidas

Entre octubre de 1995 y abril de 1996, tiempo en el que Sharif ya estaba preso, se registraron otros 12 feminicidios en la ciudad. En 1996, fueron detenidos cinco asesinos seriales que actuaban en grupo, se autodenominaban los Rebeldes de Ciudad Juárez, a quienes se les acusó de asesinar a 17 mujeres.

Ese mismo año, otros cinco asesinos seriales que operaban en grupo, los Ruteros, Ruleteros o Choferes de Ciudad Juárez, fueron detenidos. Según las autoridades éstos asesinos habrían señalado haber contratados por Abdel Sharif para que cometieran los homicidios y así poder desviar las investigaciones.

Las víctimas tenían las mismas características. Eran jóvenes, en su mayoría empleadas de plantas maquiladoras o de comercios en la zona centro de Ciudad Juárez, que no contaban con vehículos para trasladarse y que tenían que viajar en camiones de pasaje urbano.

Eran bonitas y jóvenes, delgadas, morenas de cabello largo, que vivían en los cinturones de miseria que rodean la ciudad y que llegaron a la frontera desde otras ciudades, atraídas por la posibilidad de encontrar trabajo de inmediato y de ayudar a sus familias.

Algunas tenían los senos cercenados, otras como las ocho localizadas en el mismo sitio el año pasado, tenían el pelo cortado en la base del cráneo, unas cuantas tenían cortado un triángulo en sus órganos genitales lo que hace pensar en ritos satánicos.

El gobierno de Chihuahua admitió el asesinato de 379 mujeres en Ciudad Juárez entre 1993 y 2005, dato que fue rebatido por el Colegio de la Frontera Norte y de la Comisión para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres de la Secretaría de Gobernación (Segob) que documentaron 422 feminicidios.

En 2001 fueron arrestados dos choferes de camiones del transporte público y acusados de ocho asesinatos, pero también afirmaron haber sido torturados para declararse culpables.

Abdel Latif Sharif falleció el 2 de junio de 2006, a la edad de 59 años, en el Centro de Rehabilitación Social de Chihuahua, por un paro cardíaco consecuente a un shock hipovolémico generado por una hemorragia intestinal crónica por una úlcera péptica. Ya desde el 2003, había sido diagnosticado con cirrosis hepática subsecuente a hepatitis C y hepatitis alcohólica, y un cuadro depresivo mayor.

Fue sepultado en México, ya que no se logró localizar a ningún familiar que repatriara sus restos. No hubo ninguna ceremonia religiosa. A su entierro asistió el cónsul egipcio en México, Karim El Sadat.

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