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30 de julio 2025

¡Hoy día Mundial del Agua!: Desmintiendo 7 mitos sobre el uso y consumo del agua

El día de hoy y como cada año desde 1993 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su resolución A/RES/47/193, declaró el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua, conmemoraremos este día presentándote los mitos que probablemente hayas escuchado en algún momento de tú vida y que estamos seguros te sorprenderán en torno a el agua.

¿Hay que beber ocho vasos de agua al día? ¿Es mejor el agua embotellada que el agua del grifo? ¿Beber agua adelgaza? ¿El agua de lluvia es potable?

Todas estas preguntas que se hace el consumidor no siempre van a dar con la respuesta más acertada. Existen tantos mitos sobre el agua potable como dudas acerca de cómo garantizar un consumo de calidad y adaptado a las necesidades hídricas de cada persona. En cuestiones de salud e hidratación conviene tener las ideas claras y transparentes como la mejor de las aguas.

7 mitos inventados sobre el agua que todos hemos escuchado

1. El agua embotellada es mejor que el agua del grifo

Es una opinión muy extendida que tal vez funcione como estrategia comercial, pero que en absoluto se ajusta a la realidad. Si bien es cierto que la calidad del agua del grifo varía dependiendo de la zona geográfica, es un error considerar que el agua embotellada es la única alternativa para tener acceso a un producto de calidad.

Si no te gusta el sabor del agua de suministro, puedes emplear un sistema de filtración en casa que regule su pH, elimine químicos y residuos y neutralice los aromas y sabores desagradables. En cuanto a la seguridad, hay que subrayar que los controles del agua embotellada son menos restrictivos que los que se aplican al suministro público.

2. El agua de manantial es potable

Los manantiales son corrientes de agua que manan del suelo o de entre las rocas de forma natural, sin embargo, que el agua sea de manantial no significa que sea potable; de hecho, puede estar tan contaminada o más que aguas de ríos y pozos.

Si la fuente de agua no está certificada como limpia, segura, desinfectada y apta para consumo humano, no se puede garantizar que la misma sea potable, por lo cual su consumo por parte de las personas podría significar un gran riesgo para ellas.

3. Hay que beber ocho vasos de agua al día

Existen numerosos mitos sobre el agua que hay que consumir a diario. El de los ocho vasos no es tanto un engaño como una interpretación errónea de las recomendaciones de los especialistas. Ocho vasos de agua es el equivalente a unos dos litros, la media de consumo de una persona adulta en condiciones de salud normales.

Sin embargo, no se trata de una cifra definitiva. A la hora de establecer las necesidades de hidratación de una persona intervienen otros aspectos como el sexo, el peso, la edad o el nivel de actividad. Todas estas variables deben ser tenidas en cuenta para valorar correctamente cuáles son tus necesidades hídricas. 

4. Al igual que el agua de manantial, el agua de lluvia es potable

La lluvia es un excelente proveedor de agua para aquellas personas que se encuentran en el trópico, como es el caso de Venezuela, ya que, debido a la ubicación del país, la población cuenta con lluvias de forma regular. Sin embargo, hay dos consideraciones esenciales sobre en torno al agua de lluvia:

En primer lugar, al caer, el agua de lluvia recoge elementos contaminantes que se encuentran en el aire. Esto ocurre especialmente en zonas altamente urbanizadas o que son cercanas a ellas. 

En segundo lugar, si los espacios en los que se almacena el agua de lluvia no están limpios y estériles, aunque el agua llegue en buen estado se va a contaminar ya que no estaría siendo conservada de forma óptima, lo cual haría que su consumo no sea apto para las personas.

5. Beber agua mineral adelgaza, sobre todo si está fría

Sería una estupenda noticia, pero no es más que otro de los originales mitos sobre el agua mineral que circulan por Internet. La mineralización del agua está relacionada con sus cualidades y con su sabor, pero no con ninguna propiedad adelgazante.

Para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro organismo, el agua que consumimos debe tener unos niveles adecuados de electrolitos: potasio, magnesio, sodio, calcio y cloro. También ayuda a la asimilación de nutrientes y a la correcta eliminación de toxinas. Más allá de eso, el agua no es un elixir mágico para quienes desean bajar de peso.

6. Los filtros desinfectan el agua, convirtiéndola en apta para consumo humano

Sin bien los filtros permiten quitarle la turbidez al agua, es decir, limpian el agua reteniendo los sólidos que se podrían encontrar en ella, no garantizan necesariamente la desinfección del agua. De hecho, la mayoría de los filtros de agua encontrados en casa no incorporan en su sistema elementos desinfectantes, por lo que el hecho de tener un filtro de agua no significa que su consumo sea apto para las personas.

Los filtros se clasifican por el tamaño de las partículas que son capaces de retener (micras). En la mayoría de los casos, los filtros de agua utilizados en los hogares se encuentran entre 1 y 5 micras. Sin embargo, los microorganismos, que suelen causar las enfermedades, tienen un tamaño de 0.1 y 2.5 micras, permitiéndose pasar a través de una gran cantidad de filtros de agua.

Teniendo en cuenta esta información, es importante resaltar que sí hay filtros que incorporan en sus sistemas elementos de purificación del agua, como aquellos que incluyen la plata coloidal y sistemas de luz ultravioleta, los cuales ayudan a eliminar microorganismos indeseados.

7. Beber agua durante la comida hace que engordes

En el extremo opuesto a quienes confían en las propiedades adelgazantes del agua están los que creen que esta engorda. Es otro error de interpretación. La ingesta de agua no implica ningún aporte calórico al organismo. Ahora bien, si ingieres una gran cantidad y vas directo a la báscula, obviamente habrás aumentado de peso.

Ese incremento vuelve a equilibrarse a medida que avanza el día a través de diferentes funciones fisiológicas. Algo que sí te puede resultar de utilidad con respecto al control del peso es que el agua tiene un efecto saciante. Si la tomas antes de la comida, tal vez puedas reducir tu apetito, mientras que, si la bebes en exceso mientras comes, te sentirás más pesado y el proceso digestivo podría ralentizarse.

¿Y tú ya sabías la verdad detrás de estos mitos?

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