El nuevo mandatario asume un país muy endeudado, con una inflación de dos dígitos
Bola Ahmed Tinubu asumió esta semana como nuevo presidente de Nigeria, el país más poblado de África que está sumido en un estancamiento de la economía y una grave crisis de seguridad.
El político yoruba de 71 años sucede a su correligionario del Congreso de Todos los Progresistas (APC), Muhammadu Buhari, que gobernó durante dos mandatos y prometió combatir la corrupción y la inseguridad, pero terminó su gobierno desgastado.
Como presidente de la República Federal de Nigeria voy a cumplir con mis deberes y mis funciones de forma honesta, de la mejor manera posible, con fidelidad y en conformidad con la constitución”, declaró el nuevo presidente en la capital, Abuya.
El nuevo presidente, conocido como el “padrino”, capitalizó su durante la campaña su experiencia como gobernador de Lagos, que es el motor de la economía del país, un estado que gobernó desde 1999 a 2007.
La investidura se celebró tres meses después de las elecciones, cuyo resultado fue impugnado por los dos principales candidatos de la oposición, Atiku Abubakar y Peter Obi, que denunciaron que hubo fraude masivo.
Los recursos interpuestos ante la justicia para impugnar los resultados todavía están en siendo estudiados.
El nuevo mandatario asume un país muy endeudado, con una inflación de dos dígitos.
Este país rico en petróleo intercambia cantidades de crudo valoradas en miles de millones de dólares por carburante importado, debido a los problemas de sus refinerías.
El gobierno subvenciona la gasolina y este sistema genera pérdidas de ingresos y de divisas, lo que ha contribuido al endeudamiento.
Del total de 215 millones de habitantes de Nigeria, más de 80 millones viven por debajo de la línea de la pobreza, según el Banco Mundial.
Nigeria enfrenta además una crisis de seguridad por los ataques y los secuestros perpetrados por grupos armados que van desde bandas de piratas y separatistas en el sureste a yihadistas que operan en el noreste.
Tinubu está expuesto además a las especulaciones sobre su salud, después de que pasara una parte de la campaña en el extranjero y que volviera a salir del país antes de su investidura.