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miércoles 18 de diciembre del 2024.

‘Corcholatas’ toman ruta en la quinta sucesión adelantada del siglo, con más ventajas

Más que una excepción a la regla, los candidatos ganadores suelen madrugar a sus oponentes. Fox, Peña Nieto y AMLO arrancaron campañas tres años antes de los comicios presidenciales; Calderón lo hizo con dos años de antelación.

Debidamente registradas y destapadas, las ‘corcholatas’ toman ruta para contender en la quinta “sucesión adelantada” de este siglo. Como si se tratara de una tradición sexenal, los observadores del acontecer político suelen poner el ojo en que la carrera presidencial comienza a dar sus primeros pasos antes de los tiempos establecidos por las autoridades electorales. Pero más que una excepción a la regla, los empujones por sentarse en la Silla del Águila se han vuelto una costumbre contemporánea.

A un año de los comicios del 2 de junio de 2024, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco ya iniciaron su respectivas giras por el país, mientras que la oposición no logra establecer un método de selección y baraja decenas de nombres de aspirantes.

Esta semana, las ‘corcholatas’ comenzaron los esfuerzos proselitistas por ganar la encuesta que determinará quién será la Coordinadora de Defensa de la Cuarta Transformación, un cargo que con el devenir de los meses se transformará en la candidatura presidencial de la coalición integrada por Morena, PT y PVEM.

Aunque los recorridos por las entidades acaban de iniciar, el banderazo de salida lo dio el presidente Andrés Manuel López Obrador hace dos años. Luego de los comicios intermedios de 2021, acuñó el término ‘corcholata’, en alusión a que ya no había “tapados” ni “dedazo” como en la época del PRI, sino más bien un “destapador” (él) y varios aspirantes que competirán por conseguir el favor del pueblo. La colectividad se expresará en las encuestas primero, y en las urnas después, para decidir al futuro presidente.

Vicente Fox: tres años antes

En octubre de 1997, Vicente Fox Quesada se reunió con su equipo cercano para formalizar que El Bigotón José Luis González sería el comandante de una misión para sacar al PRI de Los Pinos. El “destape” del entonces gobernador de Guanajuato ocurrió casi tres años antes de la elección presidencial. Los medios de comunicación de la época reportaban la génesis de lo que pronto se llamaría Los Amigos de Fox, una asociación civil diseñada para llevar al panista a la cima del poder político.

“Siendo Fox experto en mercadotecnia y González en publicidad, hicieron mancuerna, como lo habían hecho en Coca-Cola años antes. Así, en octubre de 1997, ante otros colaboradores del llamado Grupo Guanajuato (Lino Korrodi, Ramón Muñoz, Martha Sahagún y Eduardo Sojo), Fox presentó a González como coordinador de la campaña, quien la coordinó durante más de un año y luego se retiró… su anticipado destape lo benefició en la medida en que se dio a conocer entre el electorado mexicano, que poco a poco a lo largo y ancho del país lo fue identificando como el abanderado del cambio democrático”, escribió el antropólogo social Roberto Tejeda Ávila en su ensayo “Amigos de Fox, breve historia de un ‘partido’ efímero”.

Luego de una reñida competencia electoral con el priista Francisco Labastida Ochoa y el perredista Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Fox se impuso en las urnas el 2 de julio de 2000, convirtiéndose en el primer presidente no priista desde 1929. Los analistas han reseñado profusamente que adelantarse a sus contrincantes pudo representar una de las claves para entender por qué el grandote de San Francisco del Rincón, Guanajuato, logró inaugurar la era de las alternancias presidenciales.

Varios años después nadie dudaba que el favorito del presidente Vicente Fox era su secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, o incluso su esposa Martha Sahagún, a quienes pocos veían con posibilidades de convencer a las bases panistas para que le abrieran acceso a la candidatura presidencial de 2006.

Sin embargo, un ex dirigente del partido y curtido ex legislador, aceleraría los tiempos de aquella sucesión azul. En mayo de 2004, Felipe Calderón Hinojosa renunciaba a la Secretaría de Energía luego de que el guanajuatense lo regañara por “destaparse” como candidato presidencial en una reunión política organizada por el también panista Francisco Ramírez Acuña, entonces gobernador de Jalisco. Ahí, frente a prominentes figuras del partido en el poder, el michoacano se dejó querer, no dijo ni que sí ni que no, pero el anunció corrió como pólvora en las columnas de opinión.

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