El jefe del grupo paramilitar, Yevgeny Prigozhin, acusó a Rusia de justificar la guerra en Ucrania para intereses en la élite del Kremlin.
El jefe de los mercenarios rusos Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, acusó el viernes al ejército ruso de haber bombardeado sus bases en la retaguardia del frente con Ucrania, provocando “un gran número” de víctimas entre sus combatientes, y llamó a “poner freno” a la comandancia militar rusa.
“Han llevado a cabo bombardeos, bombardeos con misiles, contra nuestras bases de retaguardia. Un gran número de nuestros combatientes murió”, declaró el jefe de los milicianos, Yevgueni Prigozhin, prometiendo “responder” a esos ataques, en un mensaje de audio difundido por su servicio de prensa.
Además, dijo es que la justificación del Kremlin para invadir Ucrania se basaba en mentiras inventadas por su adversario, los altos mandos del ejército. Las frecuentes diatribas en las redes sociales desmienten su papel limitado en la guerra como jefe de la compañía militar privada, lleva meses acusando abiertamente al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y al principal general de Rusia, Valery Gerasimov, de incompetencia.
Pero el viernes desestimó por primera vez las principales justificaciones de Rusia para invadir Ucrania el 24 de febrero del año pasado en lo que llama una “operación militar especial”, en un video clip publicado en Telegram por su servicio de prensa.
“No pasó nada fuera de lo común el 24 de febrero… el Ministerio de Defensa está tratando de engañar a la sociedad y al presidente y contarnos una historia sobre cómo hubo una agresión loca de Ucrania y que planeaban atacarnos con él toda la OTAN“, dijo Prigozhin, llamando a la versión oficial “una hermosa historia”. “La guerra era necesaria… para que Shoigu pudiera convertirse en mariscal… para que pudiera obtener una segunda medalla de ‘Héroe’ (de Rusia). La guerra no era necesaria para desmilitarizar o desnazificar Ucrania”.
Sentado en una silla con una bandera negra gigante de Wagner detrás de él, Prigozhin dijo que la guerra también había sido necesaria para enriquecer a la élite gobernante que, dijo, no estaba satisfecha con el potencial comercial de parte de la región ucraniana de Donbas que Moscú tomó el control en 2014 a través de una fuerza separatista delegada.