
LO BUENO es que todos tienen la oportunidad de trabajar y poder llevar sustento a la casa pues el comercio informal de ropa y diferentes productos se han convertido en una opción viable para que las familias chihuahuenses puedan adquirir a bajo costo artículos ante la complicada economía que ha vivido el país a lo largo de su historia.
Asimismo, según la información brindada por las autoridades, estos puestos se encuentran instalados en calles como la cuarta con permisos otorgados, lo cual se “supone” permite tenerlos bien regulados.

LO MALO es ya que se ha abusado completamente de la frase “todos tienen derecho a trabajar” pues se ha encargado de invadir calles que en un inicio, aquellos que no son oriundos de la capital piensan que es sendero peatonalizado, pero cuando menos piensan, ya tienen un automóvil atrás de ellos “pitándoles” o tratando de esquivarlos.
A pesar de que tienen la opción de instalarse en los espacios que disponibles dentro de los mercados municipales, estos han optado por mantenerse a la vista de la ciudadanía para poder llevar la “papa” a la casa, convirtiendo el comercio en el centro en una competencia desleal ante los que si pagan una renta, impuestos etc…

Y LO FEO es que la fuerza de los vendedores ambulantes como movimiento social cada vez crece tanto que hasta las mismas autoridades ya les tienen miedo, pues aplicar los reglamentos ante ellos significa una serie de diversas manifestaciones que pueden alterar el orden y como no, la posible reelección.
Y esto que le decimos no es puro show, pues comerciantes con amplia trayectoria nos dieron a conocer que los espacios en el mercado popular son utilizados como bodegas para guardar la fayuca y al día siguiente volver a ponerse en la calle, siendo protegidos por “lideres” a los cuales el Gobierno no les va a decir absolutamente nada, incluso nos dejaron a entrever que solo algunos cuantos pagan los permisos anuales obligatorios de Gobernación, es decir, ni piso parejo hay entre estos.