Un grupo de mujeres mayas que juegan softbol descalzas y en huipil. Ningún hombre las quería entrenar y ahora han roto fronteras. Quieren cruzar el Atlántico y también conocer al pelotero Randy Arozarena
Joel Díaz es un albañil del pueblo yucateco de Yaxunah, quien en sus ratos libres se convirtió en mánager de un grupo de mujeres mayas que cambiaron la zumba por el softbol. Niñas, madres y abuelas que buscaron un poco de distracción por las noches, después de concluir sus labores domésticas, la escuela o la realización de artesanías para llevar dinero al hogar.
“Nadie las quería entrenar, porque ellas se rehusaron a ponerse calzado y quitarse el huipil”.
Así es que el joven ayudante de colocador de pisos, esposo de la capitana del equipo, aceptó ponerse la gorra de mánager de una novena que terminó llamándose Amazonas de Yaxunah.
Varios días atrás, dichas Amazonas saturaron las redes después de doblegar a las Falcons de la Universidad del Valle de Phoenix por 22 carreras a 3, en un duelo de exhibición de softbol en el Chase Field, casa de los Diamantes de Arizona en las Grandes Ligas.
Uno se imagina que el mánager de Las Amazonas es un viejo experimentado.
Siempre se sorprenden de encontrar a un joven de 23 años y más cuando les explico que soy un novato de uno de tantos equipos de beisbol que hay en el pueblo.
¿Cómo surgen Las Amazonas?
Lo que pasa es que hace cuatro años el gobierno organizó clases de zumba para atacar la obesidad, pero a las mujeres inscritas se les hizo aburrido.
Una de ellas (mi mamá) propuso que mejor jugaran con la pelota y el bate y la mayoría aceptó.
Mujeres de todas las edades, dedicadas al hogar, al comercio (talla de madera, cuerno o bordado de huipiles) y estudiantes, que prefirieron jugar a la pelota descalzas y con huipil, por tradición y comodidad. Buscaron que alguno de los viejos peloteros las entrenara, pero ninguno quiso comprometerse con ‘señoras con vestido y sin zapatos’.
Y a usted lo convencieron.
Pues la capitana del equipo (Citlalli Poot) es mi esposa y las demás le pidieron que me convenciera. Les dije que no sabía mucho de softbol y me respondieron que ellas tampoco.
Amazonas de todas las edades.
La más chica se llama Berenice Ay, tiene 14 años y juega de segunda base. La veterana es Juana Moo, pitcher y abuela de 63 años de edad. Todas se dedican más a sus quehaceres y nos vemos en el campo cuando tienen tiempo. Mi esposa Citlalli tiene 22 años, es pitcher, cátcher y jardín izquierdo. Un día después del partido ante las Falcons fue invitada a lanzar la primera bola en el duelo entre Diamantes de Arizona y Gigantes de San Francisco, algo que no habíamos imaginado ni en sueños.
Una novena de mujeres mayas, muchas no hablan español, en una población de 700 habitantes y donde la pelota caliente es la distracción nocturna.
Yaxunah está a 25 kilómetros de Chichén Itzá, hablamos maya y el español es nuestro segundo idioma. Es zona arqueológica y las mujeres viven de las artesanías y la cocina. Para ellas es natural vestir huipil y andar descalzas.