La prolongada sequía que afecta a Chihuahua durante más de dos años ha causado estragos en aproximadamente el 90% de las 2.7 millones de hectáreas del estado, impactando significativamente la producción agrícola y pecuaria, según la Secretaría de Desarrollo Rural del estado.
Durante este año, se ha registrado la pérdida de hasta el 30% de los cultivos de riego, incluyendo cultivos importantes como algodón, maíz, frijol, nuez, alfalfa, chile verde, maíz amarillo y cebolla. Una de las situaciones más críticas es la siembra de frijol, donde solo se logró establecer el 10% de la superficie prevista debido a la falta de humedad y lluvias. Esta situación plantea preocupaciones sobre la capacidad de cubrir la demanda de frijol en la región y, especialmente, en las zonas serranas, donde la falta de grano para el autoconsumo podría agravar la situación.
La ausencia de precipitaciones ha resultado en que no se pudieran sembrar alrededor de 500,000 hectáreas cultivables en este ciclo, sumándose a las 700,000 hectáreas ya afectadas por la sequía en años anteriores. En la actualidad, solo el 0.9% del territorio chihuahuense se encuentra libre de sequía, según datos proporcionados por la Comisión Nacional del Agua.
Las condiciones climáticas adversas están generando una creciente preocupación entre los agricultores y ganaderos locales, quienes enfrentan dificultades para mantener sus operaciones y cosechas en medio de esta sequía prolongada. El impacto económico y social de esta situación es significativo, y las autoridades estatales y federales están trabajando en conjunto para abordar esta crisis y buscar soluciones para mitigar sus efectos en la producción de alimentos y el bienestar de la población.
La situación de sequía en Chihuahua es un recordatorio de la vulnerabilidad que enfrentan las comunidades agrícolas y rurales frente a eventos climáticos extremos y la importancia de implementar medidas de adaptación y resiliencia en el sector agrícola.