Hoy, nos hemos percatado de la ausencia de “La Pascualita” en su lugar habitual, una figura legendaria que ha cautivado a muchos en la capital del estado. Intrigados por su ausencia, nos acercamos a la tienda en busca de respuestas.
Allí, nos informaron que “La Pascualita” se encuentra resguardada en la propia tienda debido a trabajos de remodelación en curso.
La prioridad es asegurarse de que la figura icónica no sufra daños ni se ensucie a causa del polvo y las labores de renovación que se están llevando a cabo en la tienda.
Esta misteriosa figura, cuyo origen es el núcleo de la Leyenda de Pascualita, ha sido durante más de 85 años una parte querida de la tradición en el Estado de Chihuahua.
La historia de “La Pascualita” ha trascendido fronteras y ha capturado la imaginación de personas en todo el mundo, gracias al poder de internet y la atención de periodistas de diversos países, como Estados Unidos, China, Japón, España, Chile y Brasil, entre otros.
Esta es la Historia Oficial:
A continuación les contaré la historia de la maniquí a la que los Chihuahuenses llaman la novia más bella de Chihuahua. Esta dice así:
En el año de 1930 llegó a Chihuahua una maniquí hermosa. Ésta fue colocada dentro del aparador principal de la casa de novias La Popular.
Desde entonces, su cara de facciones finas y tez aterciopelada, incita a paseantes nobles como tú y como yo a detenernos a contemplarla. Yo no sé si fue su realismo sorprendente, su mirada soñadora o su sonrisa enigmática, lo que estimuló la imaginación de algunos Chihuahuenses a concebir nuestra leyenda más preciada.
“Pascualita es el nombre que con cariño le brindaron los de aquella época. Dice la historia que la maniquí y Doña Pascuala Esparza, fundadora de La Popular, tenían un parecido admirable; y, fue tanto el asombro que causó esta semejanza, que no tardaron en manifestarse interrogantes
referentes a la verdadera procedencia de Pascualita.
Algunos afirman que Doña Pascuala tenía una hija que habría fallecido en la iglesia minutos antes de casarse, y que ahora es exhibida embalsamada dentro de un escaparate. Hay quienes aseguran que es una maniquí proveniente de Paris que cobra vida ciertas noches gracias a los poderes de un mago enamorado que la habría seguido desde que dejó aquella ciudad francesa.
Otros comentan que es simplemente una figura muy fina de cera y yeso, proveniente del extranjero.
La verdad, no la sé. Sí es leyenda o es realidad, ¿quién sabe? Respecto a los que dicen que han visto moverse los dedos de sus manos, o a aquellos que la han visto caminar por las noches dentro de la casa de novias, no encuentro argumentos válidos para evidenciarlos – aunque, quizá ya oscuro, Pascualita si se dé sus escapaditas dentro de la boutique en búsqueda de algún vestido más moderno para mostrar.
La realidad es que el origen del maniquí es el núcleo de La leyenda de Pascualita, y desde aquel entonces, los Chihuahuenses hemos amalgamado elementos reales, ingredientes ficticios y partes sobrenaturales en un abanico de variantes de la historia. Durante más de 85 años, Pascualita y su leyenda han sido pieza muy querida de la tradición del Estado de Chihuahua.
Por su parte, La Popular – La casa de Pascualita es con mucho orgullo la boutique de novias en operación más antigua en México. Ha abierto sus puertas al público ininterrumpidamente desde 1917, siempre con la ilusión de vestir a las Chihuahuenses casaderas con alguno de sus trajes de novia, y en especial el que de turno lleva Pascualita – considerado amuleto que brinda felicidad en el matrimonio.
Hoy en día, Pascualita tiene cuna en nuestros corazones, y con cariño lo hacemos evidente al platicar sobre ella o al visitar su aparador, acompañados de nuestros parientes y amigos que visitan la ciudad. Gracias a todos los que la queremos, ella ha trascendido décadas como la novia más popular de México.
Así mismo, su historia ha rebasado nuestras fronteras, llegando a culturas extranjeras gracias a Internet y a periodistas de países como Estados Unidos, China, Japón, España,Chile y Brasil, entre otros.
Ahora pues, al observar a Pascualita mira con curiosidad esa sonrisa reservada. Si logras observar que la alarga sutilmente y recibes de vuelta un guiño, busca bien dentro de sus ojos cristalinos, ya que probablemente encuentres una tenue señal de vida.