A pesar de que existen los mecanismos de protección, las acciones implementadas son insuficientes para garantizar la integridad de activistas.
Amenazas e intimidaciones a las activistas Ceci Flores, de las madres buscadoras, así como a Renata Villarreal, cofundadora de Marea Verde, encienden las alertas sobre los peligros que corren los activistas en México, ante la indiferencia y descalificaciones del gobierno federal.
A pesar que existe el andamiaje legal para proteger su integridad, persisten casos como el de Homero Gómez, protector del santuario de la Mariposa Monarca en Michoacán; y el de Gertrudis Cruz de Jesús y Cliserina Cruz Merino, integrantes del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui en Oaxaca.
Organizaciones internacionales tienen medidos los ataques y homicidios de defensores de derechos desde hace décadas y, aunque abordan esta temática desde diferentes ángulos, coinciden en que México ‘no es seguro para este tipo de actividades’.