La semana pasada la ciudad de Clarksville, Tennessee, Estados Unidos, fue azotada por un tornado que dejó seis muertos y decenas de casas en escombros.
Una de las personas afectadas fue Sydney Moore, quien su bebé de tan solo cuatro meses de edad fue arrastrado por lo fuertes vientos, pero que por fortuna logró sobrevivir.
Cuando Moore escuchó las alarmas de alerta, el tornado ya había arrancado el techo de su casa móvil y su bebé de cuatro meses no estaba en la cuna.
Moore indicó que no tuvieron una alerta previa, así que cuando el tornado pasó sobre su hogar, ella corrió para proteger a su otro hijo, de un año de edad, mientras que su novio cubrió al pequeño bebé Lord.
No obstante, las paredes de su casa se cayeron por los fuertes vientos y levantaron por el aire a su novio Aramis Youngblood y al moisés con todo y el pequeñito de cuatro meses de nacido.
Youngblood se dislocó un brazo, pero con todo y el dolor pasó alrededor de 10 minutos buscando al bebé entre los montones de escombros de lo que alguna vez fue su casa; tras esos minutos, que para los padres se convirtió en una eternidad, el llanto del bebé los alertó.
Lord estaba aún en su moisés sobre las ramas de un árbol caído, pero a nueve metros de distancia de su hogar y su familia.