Lejos de rehuir a la discusión por la serie de iniciativas que el Ejecutivo federal envió a la Cámara de Diputados, los institutos políticos afirman que van a revisar una por una y definir cuáles son viables, cuáles no y cómo va a hacer el gobierno para obtener los recursos para hacerlas realidad
Las principales reformas que el presidente de la República envió a la Cámara de Diputados hace una semana requieren de los votos de la oposición para concretarse porque modifican 50 artículos de la Constitución.
Morena, PT y PVEM suman 274 legisladores, una cifra todavía lejana de los 334 que se requieren para que dos terceras partes del pleno avalen los cambios constitucionales.
De manera que tendrían que provenir de las bancadas del PAN, PRI, PRD o MC los 60 diputados que le faltan a la coalición oficialista para establecer la elección popular de los integrantes del Poder Judicial, cambiar al INE, eliminar los órganos autónomos constitucionales, asignarle mando militar a la Guardia Nacional o ampliar el dominio de la CFE en el mercado eléctrico.
Entrevistados por Excélsior, los coordinadores de esos cuatro grupos parlamentarios adelantaron que no están dispuestos a respaldar dichos cambios.
Sin embargo, sí analizan las aportaciones que le harían a la reforma de pensiones, en materia salarial, de animales y de apoyo al cambio en las que, adelantan, estarían construyendo los dictámenes que les permitan respaldarlas. En el caso de los jefes de las bancadas del Frente Fuerza y Corazón por México, Jorge Romero (PAN), Rubén Moreira (PRI) y Javier Huacus (PRD) se dicen confiados en que ganarán el debate parlamentario, desenmascarando la narrativa electoral del gobierno, logrando además hablar de los temas que, según consideran, son los que le importan a la gente y su candidata presidencial impulsará en la futura campaña.
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Moreira afirma que van a debatir en todas las áreas que se presenten sobre la finalidad de estas iniciativas.
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“Con estas iniciativas se busca construir una narrativa política que interfiera dentro del proceso electoral”, define de entrada el jefe de los diputados del PRI, Rubén Moreira Valdez.
Y en seguida agrega: “No obstante, hay algunas iniciativas que nosotros podemos votar a favor, porque significan un apoyo para la gente, no tanta gente como la que se señala, pero algunas personas pueden recibir un beneficio y lo apoyaríamos”.
Rubén Moreira es el líder parlamentario de la bancada más codiciada por el gobierno, toda vez que en otras reformas sus 71 votos fueron determinantes para concretar cambios a la Constitución.
Ahora, sin embargo, frente a la estrategia de Morena de promover en cada uno de sus 300 distritos electorales las propuestas presidenciales, el jefe de los diputados del PRI confía en la ruta diseñada por la coalición opositora que sostienen con PAN y PRD:
“Nosotros creemos que Xóchitl Gálvez va a acaparar con una propuesta fresca, que ya ustedes verán, la atención del país y que, por eso, Morena trata de interferir con este tipo de narrativas. Sin embargo, no les vamos a dar el gusto de no desenmascararlos y de no votar a favor algunas cosas, para que después nos puedan llamar enemigos del pueblo ¡Las vamos a votar! Pero también le vamos a aclarar a la población que se trata en muchos de los casos de un gran engaño”.
Adelanta el exgobernador de Coahuila que, desde las comisiones, los diputados priistas van a discutir profusamente los temas.
“Vamos a perfeccionar con nuestro debate, al menos eso creemos y queremos, algunas de las iniciativas, aclarando puntos. No hay que olvidar que Morena tiene los suficientes diputados para llevar a comisiones todas las iniciativas e incluso para llevarlas al pleno, no así para votarlas, sobre todo las constitucionales”, recuerda.
Moreira Valdez ejemplifica con dos casos el tipo de acotaciones que su bancada le haría a las propuestas viables.
“En la pensionaria, nosotros estamos ciertos de que se promete una cosa, pero en el texto se puso otra. Por lo tanto, vamos a proponer un gran debate sobre las pensiones en este país, incluyendo las de los burócratas municipales, las personas que barren las calles y hasta las pensiones de los universitarios”, precisa.
