Óscar Valdez realiza una pelea más inteligente que el australiano Liam Wilson, a quien noquea para obtener el cetro interino de peso super pluma en el inicio de un trepidante fin de semana de boxeo
“No quiero que te engolosines”, le decía Eddy Reynoso a Óscar Valdez luego del cuarto round. “No me cometas ese pinche error”, le urgía el entrenador de Canelo Álvarez tras el sexto asalto. Valdez respondió a las indicaciones en su esquina para encaminarse a un muy buen triunfo.
Viniendo de una serie de peleas en las que no le fue bien y que hicieron creer a muchos que su final estaba próximo, Óscar Valdez se erigió la noche del viernes como campeón interino de peso superpluma de la OMB al noquear al australiano Liam Wilson en Glendale, Arizona. Sus emociones salieron a flote al tirarse de rodillas en la lona y llorar junto a miembros de su equipo.
Valdez, quien en la víspera había externado su ilusión de volver a la cima del boxeo, aprovechó la extraña decisión de Wilson de buscar una pelea cuerpo a cuerpo luego de que en los primeros asaltos estaba siendo muy exitoso al pelear a la distancia, al aprovechar su mayor estatura y alcance que el mexicano, quien entonces se veía incómodo.
En el séptimo round, Valdez conectó un potente gancho de izquierda a manera de contragolpe que sacudió a Wilson. Se le fue encima e hilvanó numerosos golpes que pusieron a su rival al borde de la caída. Cuando el round estaba por terminar, el peleador originario de Nogales, Sonora, siguió conectando sin real respuesta de Wilson y el réferi Mark Nelson intervino para detener la pelea a los 2:48 minutos del round.
