Estallidos y sirenas antiaéreas sonaron en Jerusalén este viernes (en la madrugada de domingo en Medio Oriente) luego de que Irán lanzara docenas de drones y misiles balísticos hacia Israel, en una misión de represalia sin precedentes que acerca aún más a una guerra regional.
El ataque representa la primera ofensiva militar directa a gran escala de Irán contra Israel, a pesar de décadas de una enemistad que se remonta a la Revolución Islámica de 1979 en el país. La condena no se hizo esperar: Francia sostuvo que “Irán ha cruzado un nuevo umbral con respecto a sus actividades desestabilizadoras y corre el riesgo de una posible escalada militar”. El Reino Unido calificó los ataques de “imprudentes”.
El Ejército israelí informó cerca de las 4 de la madrugada hora local que su población ya no necesitaba permanecer en refugios o búnkeres, después de confirmar la intercepción de más de 200 misiles y cohetes iraníes, la mayoría fuera del espacio aéreo de Israel, según informaron medios locales.
Sin embargo, señaló que las restricciones al número máximo de personas que pueden reunirse en espacios públicos, no más de 100 cerca de las áreas fronterizas continúan, así como las prohibiciones de viajes o excursiones escolares, ya que los niños están en vacaciones de Pascua.