En un estudio de campo realizado por estudiantes de la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños, se exploró la pregunta: “¿Qué quieres ser de grande?” El análisis se basó en 847 alumnos preescolares de primer a tercer grado en 9 jardines de niños públicos de diferentes alcaldías de la Ciudad de México.
Las respuestas fueron extraordinarias y originales. Algunos niños aspiraban a ser Mickey Mouse, directores de circo, pinta-caritas, youtubers e incluso el mismo sol. Sin embargo, los dos mayores anhelos fueron ser policía y súper héroe.
Este fenómeno nos lleva a reflexionar: ¿Cómo podemos ayudar a que estos sueños se hagan realidad? Los adultos y docentes de preescolar tienen la tarea de fomentar la bondad, el bienestar y el deseo de ayudar al prójimo en estos pequeños soñadores. A pesar de los desafíos del entorno, la inocencia y la esperanza de los niños siguen siendo un faro de luz en nuestro mundo.
Por otra parte, el hecho de que los niños quieran “ser maestros” es especialmente relevante. Aunque algunos adultos consideran que ser docente es “la última opción” o “lo peor que te puede pasar”, es hora de cambiar esta percepción. Desde lo más profundo, somos maestros por vocación, no por obligación. Guiar los sueños de nuestros alumnos es una responsabilidad noble y crucial. Además, las respuestas de los niños también nos indican que necesitamos profesiones nuevas para enfrentar los desafíos contemporáneos. Tal vez, como sugiere uno de los niños, enseñar a la gente a no tirar basura sea una de esas nuevas vocaciones.
En resumen, la bondad y el apoyo mutuo son fundamentales en la humanidad. Como futuras docentes, debemos guiar a nuestros alumnos para que sean la mejor versión de sí mismos y contribuir a construir un México excepcional.