La frecuencia y magnitud de los incendios forestales extremos parecen haberse duplicado en los últimos 20 años, y los seis años más extremos se han registrado desde 2017, según un estudio publicado en la revista ‘Nature Ecology & Evolution’.
En los últimos años, estos incendios han batido récords y acaparado titulares a nivel mundial, provocando la pérdida de vidas humanas, propiedades, ganado, vida silvestre y hábitat, y causando miles de millones de euros en daños. Además, la contaminación atmosférica asociada a estos incendios ha causado miles de muertes adicionales en todo el mundo, especialmente en las zonas más afectadas.
Un equipo internacional de investigadores liderado por Calum Cunningham, de la Universidad de Tasmania (Australia), utilizó datos satelitales de 2003 a 2023 para identificar los focos activos y calcular la intensidad acumulada de los incendios. Descubrieron que los incendios forestales energéticamente extremos han duplicado “con creces” su frecuencia y magnitud en los últimos 20 años, y que los seis años más extremos se han producido desde 2017.
El estudio reveló que el Neártico (Groenlandia, Alaska, Canadá, Estados Unidos y la Meseta Central mexicana) y Australasia/Oceanía fueron las regiones más afectadas por estos eventos extremos. El aumento de los incendios extremos se atribuyó principalmente a incendios más intensos en los bosques templados de coníferas y boreales, especialmente en América del Norte y Rusia. Este aumento puede estar relacionado con el incremento de la aridez en estos bosques debido a los cambios climáticos.
Eduardo Rojas Briales, de la Universitat Politècnica de València, señala que aunque el estudio muestra calidad científica, se basa solo en información satelital y no considera otros factores relevantes, como la gestión forestal aplicada en cada zona o la densidad de población. Por ejemplo, en el sureste de Australia, el incremento de grandes incendios está relacionado tanto con el cambio climático como con el abandono de prácticas tradicionales de quemas controladas.
Cristina Santín Nuño, investigadora del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (CSIC-Universidad de Oviedo-Principado de Asturias), advierte que el problema de los incendios se está agravando en muchas regiones del mundo. El tipo de incendio al que nos enfrentamos está cambiando, y es crucial que la sociedad sea consciente de esto y sepa cómo actuar, ya que no hacerlo puede costar vidas humanas, desastres medioambientales y grandes pérdidas económicas.
