Este lunes, el Gobierno polaco ha declarado como zona catastrófica varios distritos en tres provincias del sur del país, tras las intensas lluvias que han causado la muerte de al menos cuatro personas y han llevado a la evacuación de miles de residentes. La declaración afecta a las regiones de Baja Silesia, Silesia y Opole, y se han anunciado las primeras ayudas para los afectados.
El primer ministro Donald Tusk convocó una reunión de emergencia para tomar la decisión y explicó en una rueda de prensa en el aeropuerto militar de Varsovia que la declaración podría ampliarse a otros municipios, pero se aplicará con “precaución” y solo cuando sea absolutamente necesario.

A partir de hoy, los vecinos afectados pueden solicitar ayudas económicas a través de sus ayuntamientos, que oscilan entre 450 y 1,800 euros. Además, se creará un fondo de indemnizaciones para quienes hayan perdido sus viviendas, con montos de entre 25,000 y 50,000 euros. Tusk expresó confianza en que el Fondo Nacional de Emergencia, con una reserva de 220 millones de euros, junto con la asistencia de la Unión Europea, ayudará a mitigar los efectos del desastre.
Mientras las lluvias continúan en la mitad sur de Polonia, los servicios de emergencia se concentran en controlar el desbordamiento de los ríos, especialmente el embalse de Pilchowice, que ha comenzado a desbordarse, obligando a evacuar a más de 3,000 personas. En Nysia, una de las localidades más afectadas, se completó el traslado de pacientes, aunque la rotura de puentes podría complicar las operaciones de rescate. En la misma localidad, se ha reportado la muerte de una mujer en su apartamento, sumándose a las otras tres víctimas fatales.
Las autoridades han movilizado a 4,600 soldados, 500 reservistas, y 17 helicópteros del Servicio Aéreo de Rescate (SAR) y Black Hawk. El presidente del Parlamento, Szymon Hołownia, ha anunciado la convocatoria de una sesión extraordinaria en el Congreso para aprobar una enmienda a la ley de ayudas para desastres naturales.