Entre el lunes 9 y el domingo 15 de septiembre, Culiacán, la capital de Sinaloa, ha sido escenario de una violencia desbordada presuntamente ligada a facciones del Cartel de Sinaloa (CDS). Según informes de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa (FGES), al menos 33 personas han muerto y se reportan desapariciones forzadas en la ciudad.
Hasta el sábado 14 de septiembre, la FGES había confirmado 22 víctimas. Sin embargo, el número aumentó a 33 tras el hallazgo de 11 cuerpos adicionales el domingo. Entre estos, se encontraron cinco hombres abandonados en la salida sur de Culiacán, todos con sombreros en la cabeza. El descubrimiento se realizó a las 07:00 horas y fue reportado a las autoridades.

Los cuerpos, encontrados en la carretera México 15, eran hombres jóvenes de entre 20 y 30 años, todos con sombreros y pequeños adornos en el pecho. El lugar fue acordonado por agentes del Ejército, la Guardia Nacional, la Policía local y la Fiscalía para iniciar las investigaciones.
La FGES, encabezada por Claudia Sánchez Kondo, ha iniciado investigaciones por homicidio doloso tras encontrar el cadáver de una joven y dos hombres en diferentes incidentes el día de ayer. También se está investigando la muerte de tres personas, una mujer y dos hombres, en Elota, quienes fueron asesinados a tiros.
Debido a la creciente violencia, el Gobierno de Sinaloa suspendió los festejos del Día de la Independencia en varias localidades, y todas las escuelas en Culiacán y otros municipios han cancelado clases. Negocios han cerrado y los residentes se han refugiado en sus hogares. Los alcaldes de Ahome, Choix, Salvador Alvarado, Angostura, Mocorito, Cósala, Culiacán, San Ignacio, Elota, Concordia y Escuinapa también anunciaron la suspensión de celebraciones para evitar mayores conflictos.
El viernes pasado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador comentó que, hasta ese momento, no había un aumento significativo en los homicidios en Sinaloa tras la captura del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada. Sin embargo, desde el 9 de septiembre, Culiacán ha enfrentado una ola de violencia vinculada a la disputa territorial entre facciones del cártel, principalmente entre los seguidores de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Ismael “El Mayo” Zambada.
Esta escalada de violencia ha llevado al cierre de negocios y la suspensión de clases, reflejando un clima de miedo y desconfianza en la población. La lucha por el control territorial y el tráfico de drogas ha exacerbado las tensiones en la región, contribuyendo al deterioro de la seguridad en Culiacán.