La refinería Amuay, la mayor de Venezuela, está casi completamente detenida desde hace cinco días debido a una falla eléctrica, afectando la producción de 645 mil barriles diarios.
La planta de Desintegración Catalítica, clave en la conversión de hidrocarburos, también quedó fuera de servicio. Las fuentes indican que las destiladoras están en proceso de reinicio, pero podrían tardar días en volver a operar.
Esto ocurre en medio de fallos energéticos que afectan a las refinerías venezolanas, impactando la producción de combustible.