El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha propuesto prohibir la circulación de vehículos que utilicen tecnología de origen chino y ruso, como los autos conectados y autónomos.
La medida busca proteger la seguridad nacional, argumentando que estas tecnologías podrían permitir que esos países accedan a datos sensibles de los conductores y potencialmente manipulen vehículos de forma remota.
La normativa podría entrar en vigor en 2025, afectando progresivamente la importación y venta de estos vehículos en Estados Unidos.