La psicología sugiere que las personas que mantienen su celular en silencio suelen ser más introspectivas y valoran su privacidad.
A menudo, esta elección refleja una necesidad de reducir distracciones y estrés, buscando un control sobre el tiempo y las interacciones.
Este comportamiento puede estar relacionado con una mayor tendencia a la autorregulación y el manejo consciente de la información que reciben.