Las elecciones presidenciales son un momento clave en la política de Estados Unidos y este año hay mucha expectativa en los resultados. A medida que las urnas cierran y las estimaciones y encuestas comienzan a pintar el mapa de color rojo o azul, la atención de los ciudadanos se centra en quién será el próximo presidente del país.
Una vez cerradas las urnas, los votos se contabilizan en cada estado. Este proceso puede variar según la jurisdicción, pero por lo general se incluye el conteo de votos en persona y el escrutinio de los votos anticipados y por correo. Te recomendamos
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Estados péndulo, clave en elecciones de EU
Este año, estados como Pensilvania, Georgia, Arizona, Wisconsin, Michigan, Nevada y Carolina del Norte serán determinantes en el resultado final, debido a su historial de fluctuación entre preferencias demócratas y republicanas.
Los famosos swing states (estados péndulo) son entidades susceptibles a volcarse del lado demócrata o del lado republicano. Los dos partidos gastan fortunas en propaganda electoral para conseguir votos en esas tierras versátiles que abren las puertas a la Casa Blanca.
Dicho de otro modo, cada entidad cuenta con un número de delegados electorales establecido con base a su población. Estos delegados, o consejeros, son los encargados de votar directamente por uno de los dos competidores, en este caso Donald Trump o Kamala Harris, durante un evento después de las elecciones.