Adrián Zermeño, Abogado y deportista Mexicano.
Chihuahua, Chih.- Después de haber pasado uno de los Juegos olímpicos más controvertidos y bizarros de la historia, y no precisamente por los logros de grandes atletas como Simone Biles, sino por el foco de atención puesto en una inauguración que tuvo que ver más con agendas ideológicas, que con deporte, o con una serie de escándalos como la inclusión de hombres en categorías femeniles, hechos que en su momento se defendieron por el Comité Olímpico Internacional, con argumentos sin sentido, y que a la postre han quedado por demás resueltos, se deja el interminable debate abierto: El deporte es una necesidad o solo es un instrumento utilizado para generar política y agendas.
Si centramos nuestra atención en México, es claro que hay grandes dolencias en las estructuras deportivas y en la conciencia social, lo que abre un análisis de las causas y nos lleva a cuestionar si realmente el deporte importa a nuestros gobiernos, porque una cosa es decir y otra muy diferente es hacer lo que se dice.
Por un lado tenemos que pese a que el discurso oficial, manifiesta que el deporte es un espectro social necesario, pues forma a las juventudes en la disciplina, la salud, los buenos valores y la alta competitividad, tenemos que fácticamente se ha visto por su manejo y resultados, como el cumplir con la necesidad gubernamental menos importante, que bien se usa como mero capital político para los gobiernos.
La respuesta es clara, y es que al ser el deporte una actividad que promueve el crecimiento y formación del ser humano en los más altos valores y estándares sociales, resulta necesario para la conformación de una sociedad con cimientos fuertes y generación de buenos ciudadanos, comprometidos con su país.
Dicho lo anterior, podemos destacar que la necesidad primordial no es tanto el patrocinar en su totalidad a un deportista que apenas va iniciando en alguna disciplina,como muchos convenientemente dicen, sino por un lado crear un sistema real de formación deportiva de talentos, desde fuerzas básicas hasta el alto rendimiento, es decir proporcionar la concentración real a elementos con cualidades y resultados reales; y por otro lado fiscalizar la administración de la Federaciones Deportivas, que en muchos casos se vuelven el principal enemigo del atleta, y bien pueden ser mini dictaduras avaladas por las autoridades deportivas, donde selecciones a eventos, recursos y premiaciones, se dan entre los que convenga que así sea.
De igual forma y como cierre de esta reflexión, es justo retomar mi mención inicial sobre los Juegos Olímpicos 2024, porque si bien el deporte ha sido utilizado para hacer política, no debemos perder de vista que su finalidad no es adoctrinar, sino “crear una sociedad de campeones”.
Lic. Adrián Zermeño F.
CEO y Fundador de Punto Norte Abogados
Atleta de alto rendimiento y medallista Internacional
