Chihuahua, Chih.- El ataque mortal contra un agente del Instituto Nacional de Migración en Samalayuca ha puesto en evidencia la falta de medidas preventivas y de protección para el personal que trabaja en operativos migratorios.
Aunque los presuntos agresores fueron detenidos, las autoridades ahora enfrentan el reto de garantizar la seguridad en futuras intervenciones.
La Fiscalía General del Estado informó que los dos migrantes responsables del ataque fueron capturados gracias al uso de drones y la intervención de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
Actualmente, se encuentran bajo investigación mientras se realizan peritajes para confirmar su responsabilidad.
Por su parte, el INM reconoció la necesidad de evaluar sus protocolos de seguridad.
Los agentes, quienes no portan armas ni herramientas de defensa, trabajan bajo condiciones de alto riesgo.
