Una familia vivió momentos de terror en la carretera Texcoco-Calpulalpan cuando delincuentes intentaron asaltarlos. El vehículo de los agresores, una camioneta roja, frenó de manera abrupta y de ella bajaron hombres armados que se dirigieron al auto familiar. Con rapidez, el conductor retrocedió para evadirlos, mientras los delincuentes intentaban alcanzarlos conduciendo en sentido contrario. Finalmente, la maniobra permitió a la familia ponerse a salvo.
La seguridad en las carreteras mexicanas continúa siendo una preocupación creciente. Durante 2023, se registraron más de 13,800 robos a conductores y transportistas, un incremento del 4.6% en comparación con el año anterior. La mayoría de estos delitos ocurrieron en estados como el Estado de México, Puebla y Michoacán, concentrando gran parte de los casos reportados. En su mayoría, los asaltos se llevaron a cabo con violencia, lo que aumenta la inquietud de quienes transitan por estas vías.
Ante este panorama, las autoridades han reforzado operativos de vigilancia en las rutas más peligrosas con la participación de la Guardia Nacional y cuerpos policiales estatales. Sin embargo, se recomienda a los automovilistas tomar precauciones adicionales, como evitar horarios nocturnos y mantener comunicación constante con sus familiares o amigos durante el trayecto.
El impacto de estos asaltos no solo afecta la seguridad personal, sino también genera pérdidas económicas significativas. Se estima que los robos en carreteras representan pérdidas de hasta 7,000 millones de pesos anuales, especialmente en el sector del autotransporte, afectando directamente la cadena de suministro y encareciendo productos esenciales para la población.
El fortalecimiento de la seguridad en las carreteras es una prioridad urgente para garantizar la tranquilidad de quienes transitan por ellas y reducir las cifras alarmantes que afectan tanto a conductores particulares como a transportistas. La colaboración entre ciudadanía y autoridades será clave para enfrentar este problema.
