En un polémico anuncio, el Departamento del Interior de los Estados Unidos informó que el Golfo de México, en los territorios correspondientes a su plataforma continental, será denominado oficialmente como el “Golfo de América”. Según el comunicado, esta medida busca honrar el legado histórico y cultural estadounidense, y se alinea con las políticas del expresidente Donald Trump, quien promovió acciones para reforzar la identidad nacional durante su mandato.
El cambio de nombre, catalogado por la administración Trump como un paso simbólico para preservar la historia del país, ha generado críticas dentro y fuera de Estados Unidos. “Este tipo de medidas garantizan que las generaciones futuras valoren a nuestros héroes y los bienes históricos del país”, se mencionó en el comunicado oficial.

México rechaza el cambio
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue categórica al afirmar que esta decisión no tiene validez en el ámbito internacional. “Para nosotros, sigue siendo el Golfo de México y no hay ningún cambio en la denominación oficial”, declaró Sheinbaum. Además, subrayó que este tipo de acciones unilaterales no alteran los mapas oficiales ni el consenso global.
México no fue el único país en expresar su desacuerdo. El gobierno británico, a través del diario The Telegraph, anunció que el nombre “Golfo de México” seguirá apareciendo en todos los documentos oficiales del Reino Unido, al considerar que un cambio unilateral no puede ser adoptado sin un consenso internacional.
La promesa de Trump y las tensiones diplomáticas
El cambio de nombre fue una promesa recurrente durante la campaña de Donald Trump, quien lo consideró una estrategia para reforzar la identidad territorial de Estados Unidos y destacar su soberanía sobre los recursos de la región. Sin embargo, esta acción ha sido vista por muchos países como un gesto que ignora acuerdos internacionales y minimiza la historia compartida de la región.
Reacciones en redes sociales
El anuncio desató un intenso debate en redes sociales. Mientras que algunos estadounidenses ven el cambio como un acto patriótico, muchos mexicanos y latinoamericanos lo consideran una ofensa a su soberanía. También surgieron preocupaciones entre analistas, quienes temen que medidas unilaterales como esta puedan establecer precedentes peligrosos en futuras disputas territoriales.
Un debate global
Aunque el cambio solo afecta la jurisdicción estadounidense, ha abierto un debate sobre la soberanía y el manejo de zonas compartidas. La comunidad internacional se mantiene atenta, mientras México reafirma que el Golfo de México seguirá siendo conocido por su nombre histórico a nivel global.