El sábado pasado, Mérida se vistió de gala para un evento que poco tuvo de discreto: la boda del diputado federal priísta Pablo Angulo. Un derroche digno de la vieja escuela del poder político, esa que tanto se resiste a dejar atrás las ostentaciones. Porque, claro, para mandar mensajes de poder, nada como reunir a la crema y nata de la política nacional.
Desde Chihuahua no faltaron los personajes cercanos al CEN del PRI. Ahí estuvieron Graciela Ortiz, quien hasta hace unas semanas dejó de ser secretaria de Organización del Comité Ejecutivo Nacional, Alejandro Domínguez, presidente del PRI estatal y eterno optimista; Noel Chávez, quien carga con la representación de la sierra tarahumara en San Lázaro; Pedro Beristain, líder estatal de los jóvenes priístas, y el diputado local José Luis Villalobos, mejor conocido como “El Justin”, fiel a su apodo, siempre queriendo figurar entre los grandes.
Sin embargo, lo que de verdad llamó la atención fue la ausencia de los exgobernadores priístas de Chihuahua. ¿Dónde andaban César Duarte, Reyes Baeza y Patricio Martínez? ¿No fueron invitados?.
La lista de asistentes daba para un “quién es quién” del poder político: Alejandro Moreno, Ricardo Anaya, Beatriz Paredes, y hasta exgobernadores como Miguel Alonso y Rolando Zapata. Más de 500 figuras del espectro político, con un denominador común: todos buscando una silla en la mesa del futuro.
Pero como dice el dicho, “no todos los que están, son; ni todos los que son, están”. Y eso quedó claro. La boda fue una pasarela de poder y egos, pero también una radiografía de quiénes siguen teniendo peso y quiénes ya son solo sombras del pasado.
Mientras unos bailaban y brindaban, otros se ausentaban, dejando claro que en la política no hay vacíos sin significado. ¿Será que algunos exmandatarios ya no tienen cabida en la grilla nacional del PRI? O peor aún, ¿será que la brújula del partido ya ni siquiera apunta a los ex gobernadores priistas de Chihuahua como un bastión de relevancia?
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Por increíble que parezca, hubo varios diputados de los diferentes partidos políticos que se querían oponer a la apertura de la carrera de Psicología de la Universidad Autónoma de Chihuahua, por intereses meramente económicos, no vaya usted a creer que por el bien de los chihuahuenses.
Hoy la carrera de Psicología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se convirtió de un momento a otro entre las de mayor demanda en la región norte del país, no sólo del Estado, pero raro, como algunos políticos con intereses mezquinos (Sí hay nombres) trataron de obedecer a los dueños de negocios particulares.
Bueno, cuando apenas estaba la casi puesta en marcha de la nueva carrera, hubo dueños de estas escuelas ( que tanto defendían el derecho a la salud mental) que esperaban afuera de cualquier reunión a los que encargados del proyecto para exigirles que simplemente dieran vuelta atrás, finalmente la carrera tuvo un éxito en su inicio, ahora habrá de ver que sucede con la primera generación.
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El Alcalde, Marco Bonilla ya se puso como centauro del norte pues al parecer desde que inició el año no va a dejar de recorrer el Estado, desde Hidalgo del Parral hasta Ciudad Juárez, o de la Sierra a Camargo, será fines de semanas sin saque.
La consiga será con la nueva asignación como representante de Chihuahua ante la Conferencia Nacional de Seguridad Pública en la que participan dos alcaldes por cada entidad.
Bonilla que ya tenía relación con los alcaldes de ciudades capitales, asociación de la que forma parte y también de la Red Mexicana de Ciudades Amigas de la Niñez la cual preside, ahora también se codeará con los altos mandos en seguridad en el país y donde seguramente tiene mucho que aportar por los logros que el Gobierno Municipal a través de la Dirección de Seguridad Pública ha obtenido en materia de seguridad.