Chihuahua, Chih.- A pleno inicio de este 2025, los avances que ha tenido la humanidad en todos los campos son inmensos, más si echamos un vistazo a la historia y analizamos las condiciones bajo las cuales se desarrollaba la vida en tiempos pasados, al igual que las creencias y perspectivas que regían la conducta del hombre en sociedad; y es que no hay que remontarnos en periodos muy remotos para poder observar el progreso humano, basta con mirar 10 años atrás para ver los cambios sustantivos de los que el mundo ha sido testigo.
Pero es necesario hacer mención por más claro que parezca, de que los avances en medicina, tecnología, cultura, deportes y tantas otras áreas, han sido basados en la metodología de investigación científica, que está supeditada forzosamente a pruebas de control, es decir cerciorase que la teoría sea acorde a la realidad.
Así pues, sería lógico pensar que hay un sinfín de cuestiones que se dan por sentadas, toda vez que las precede la investigación y la prueba física… pues es en este punto que inicia el análisis de este escrito, ya que como su encabezado lo dice, pareciera que actualmente estamos viviendo el resurgimiento de aquel periodo de la humanidad, basado en creencias esotéricas y diversas sinrazones motivadas por la percepción vigente en cada población, llamado el Oscurantismo.
Por más surrealista y bizarro que pueda parecer esta reflexión, a partir de la pandemia de 2020, se agudizaron no solo la propagación de movimientos e ideologías sociales y políticas, sino diversas teorías que rayan en lo ridículo, como el negacionismo existencial, el terraplanismo, la teoría del género, la libre autopercepción, la promoción de los seres extraterrestres como causantes de diversos hechos, y la lista sigue, pero creo que el punto ha quedado claro.
Sin embargo el problema no radica en que un alguien crea, en alguna teoría por mas ridícula que parezca o se perciba como quiera percibirse, ya que de eso precisamente corre la libertad, siempre y cuando no afecte la libertad de los demás, y es que ésta es precisamente la problemática real, ya que una cosa es creer libremente en cualquier cosa, aunque no tenga ningún fundamento más que una mera percepción, superstición o problema mental, y otra muy diferente es que por un lado se quiera imponer dicha creencia por parte de las autoridades gubernamentales, incluso adoctrinando en las mismas a menores de edad desde educación básica, y por otro lado se instaure un sistema de sanciones punibles, en el caso de que no creamos ni nos expresemos, como un reducido grupo de personas quiere que lo hagamos, siempre auspiciados por el gobierno en turno, pese a que con esto se genere un riesgo para la mayoría de la sociedad.
Y es que ejemplos hay muchos, pero por mencionar algunos podemos hablar de que hombres percibidos como mujeres puedan tener libre acceso a sanitarios femeninos, competencias deportivas femeninas, etc, so pena de que si alguien prohíbe lo anterior se hará acreedor a una sanción jurídica ejemplar; de igual forma el Instituto Nacional Electoral al igual que la Secretaría de Relaciones Exteriores han estado emitiendo Identificaciones y Pasaportes con géneros no binarios, indefinidos, y otras tantas invenciones,lo que jurídicamente crea vacíos de personalidad para cualquier tipo de procedimiento, o lo que es peor, la transición quirúrgica en menores de edad, obligadas por el estado al atender la decisión de cualquier niño de cambiar su sexo estéticamente, pero eso sí, al pueblo pan y circo mientras puedan votar.
Y es que años de investigación en diversas ramas están negándose, cayendo en aquella fosa de supersticiones de la que tanto costó salir, pero que desgraciadamente podemos afirmar también ha sido nuestra culpa, ya que como bien dice el dogma relativista “mientras no me afecte inmediatamente, no pasa nada”, y es así que esta problemática ha crecido como una bola de nieve.
Como cada escrito, el objetivo principal de éste artículo es aportar al análisis y a la libre crítica, pues una sociedad informada siempre será una sociedad fuerte, donde debe hacerse énfasis en la reflexión de la Paradoja de la Tolerancia de 1945, misma que establecía esta máxima: “La tolerancia llegará a tal nivel que a las personas inteligentes se les prohibirá pensar para no ofender a los idiotas”
LIC. ADRIÁN ZERMEÑO F.
CEO y Fundador de Punto Norte Abogados
Atleta de alto rendimiento y medallista Internacional