En pleno 2025, cuando la educación depende más que nunca de la conectividad, el acceso a la información y espacios dignos para el aprendizaje, la Facultad de Ciencias Químicas se encuentra en condiciones que parecen sacadas de una historia de abandono y desinterés por parte de su rector.
Sin internet funcional, sin bibliotecas adecuadas, sin zonas de descanso y con baños destrozados, donde latas de atún han tomado el lugar de las jaboneras, los estudiantes no solo enfrentan un reto académico, sino un auténtico viacrucis diario para estudiar.
Aquí, la educación se convierte en una prueba de resistencia, casi como en Los Juegos del Hambre. Maestros y alumnos confirman que la señal de internet es tan mala e intermitente que los estudiantes deben gastar sus propios datos para tomar clases en línea o simplemente consultar información para sus trabajos.
Lo peor es que en esta facultad se ha normalizado la precariedad, aunque algunos más optimistas afirman que esto es parte de su formación, casi una preparación estoica para lo que les espera fuera de la universidad.
A gritos pedían Martín Solís, Yako Rodríguez y los campesinos de aquí y de allá a alguien con mucha, mucha experiencia en la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pero llegó Román Alcántar, quien tiene experiencia, sí, pero no precisamente en el ámbito hídrico. Quizá por eso, mejor ni publicaron su currículum.
En el caso específico de Conagua, hay dos factores clave con los que Román Alcántar tendrá que lidiar: primero, que no tiene experiencia (aunque hoy en día eso parece ser un requisito innecesario); y segundo, que no podrá culpar a nadie por los pésimos resultados de la dependencia. ¿O acaso se aventará el tiro de sacarle los trapitos al sol a los exdelegados, que por cierto, son militantes de su mismo partido?
La llegada de Román obedece a las cuotas de poder de los líderes de partido, en este caso, de Juan Carlos Loera, a quien apoyó a diestra y siniestra.
Aunque no todo es cuestionable. Román es una de las figuras de MORENA que ha sabido moverse entre las esferas de poder, un día con unos, otro día con otros. Además, es de los perfiles en los que la 4T ha invertido fuertemente en términos ideológicos.
Para no dejarlo pasar… qué cosas, ¿no?
A unas cuadras de las oficinas en San Felipe, donde se tramitan los pasaportes mexicanos, hay varias agencias de gestoría (nada malo en eso) que “facilitan” los trámites de dicho documento, aunque también los de la visa americana.
Aquí es donde la cosa se pone interesante: ¿con qué tanta confianza operan estos negocios que se dedican a estafar a cientos de personas? Les prometen citas adelantadas, aprobación garantizada de la visa, entre otros “servicios”.
En sí, el negocio no tendría nada de malo… si cumplieran lo que prometen. Pero no es así. Una vez que engañan a la gente, simplemente se mueven unas cuadras adelante y montan el mismo negocio, sin que haya consecuencia alguna.
¿Y las autoridades? Bien, gracias.