Un grupo de migrantes mexicanos, originarios de Chiapas, Oaxaca y Veracruz, fueron deportados desde Estados Unidos y arribaron al Aeropuerto Internacional de Tapachula, Chiapas, a bordo de un avión Airbus A320 con matrícula N837VA137. Al descender de la aeronave, algunos de ellos se arrodillaron y besaron el suelo mexicano en señal de agradecimiento por regresar a su país. Este emotivo gesto refleja el alivio y la emoción de volver a su tierra natal tras enfrentar adversidades en su intento por buscar mejores oportunidades en el extranjero.
Las autoridades migratorias mexicanas han intensificado los operativos de repatriación en coordinación con el gobierno estadounidense, lo que ha resultado en un aumento de vuelos de deportación hacia diversas ciudades de México. Estos retornos forzados subrayan la compleja situación migratoria y la necesidad de políticas integrales que aborden las causas de la migración y brinden apoyo a los repatriados para su reintegración en la sociedad mexicana.
Organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes han manifestado su preocupación por las condiciones en las que se realizan estas deportaciones y han instado a las autoridades a garantizar el respeto a los derechos humanos de los retornados, así como a implementar programas efectivos de reinserción laboral y social.
Este acontecimiento pone de relieve la urgencia de abordar los desafíos migratorios desde una perspectiva humanitaria y de cooperación internacional, buscando soluciones que permitan a las personas migrar de manera segura y digna, o bien, encontrar oportunidades de desarrollo en sus comunidades de origen.
Fuente: Excélsior