El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha viajado a Washington D.C. para negociar con funcionarios estadounidenses y evitar la entrada en vigor de los aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas de acero y aluminio, una medida impulsada por el presidente Donald Trump.
Estos aranceles, programados para entrar en vigor el 12 de marzo, han generado preocupación en la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero), que advierte que podrían afectar al 75% de las exportaciones mexicanas en este sector, valuadas en 2,100 millones de dólares anuales.
Ebrard ha argumentado que imponer estas tarifas “no tiene sentido”, ya que Norteamérica es deficitaria en estos materiales y la balanza comercial favorece a Estados Unidos con un superávit de 2.3 millones de toneladas de acero. Sin embargo, el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, confirmó que la decisión sigue firme y que la medida podría encarecer los productos en el mercado estadounidense.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha instruido a su equipo económico a agotar todas las vías diplomáticas para evitar la aplicación de los aranceles, asegurando que su gobierno defenderá los intereses nacionales y la estabilidad económica del país.
Las negociaciones continúan en un contexto de incertidumbre comercial, con el sector industrial mexicano a la espera de un posible acuerdo que evite los efectos negativos de esta medida.
