El expresidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, fue arrestado en el Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino de Manila tras su regreso de Hong Kong. La detención responde a una orden emitida por la Corte Penal Internacional (CPI), que lo acusa de crímenes contra la humanidad por su violenta campaña contra las drogas.
Durante su mandato, iniciado en 2016, miles de personas fueron ejecutadas extrajudicialmente en operativos liderados por fuerzas de seguridad y grupos paramilitares, desatando críticas y denuncias de organismos internacionales de derechos humanos.
Pese a haber retirado a Filipinas del Estatuto de Roma en 2019 para evitar investigaciones internacionales, la CPI mantuvo su jurisdicción sobre los crímenes cometidos antes de esa fecha.
La detención de Duterte es un hito en la justicia internacional y podría tener un fuerte impacto en la política del país, especialmente en su actual gobierno y en las relaciones con otras naciones. Seguidores del exmandatario han rechazado la acción, mientras que víctimas y organizaciones de derechos humanos celebran el arresto como un paso hacia la rendición de cuentas por los abusos cometidos.