En Austria, se ha descubierto un sitio que contiene cenizas y restos humanos de víctimas del régimen nazi, arrojando nueva luz sobre las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial. El hallazgo refuerza la importancia de preservar la memoria histórica y de continuar con la investigación de estos crímenes.
Durante el dominio nazi, Austria fue escenario de varios campos de concentración y exterminio, donde miles de prisioneros fueron sometidos a trabajos forzados, hambre, enfermedades y ejecuciones. Uno de los más notorios fue el campo de concentración de Gusen, que formaba parte del complejo de Mauthausen-Gusen, donde murieron miles de personas debido a las condiciones inhumanas y la explotación extrema.
Otro sitio clave es el castillo de Hartheim, utilizado como centro de exterminio, donde se implementaron programas de eutanasia forzada, asesinando a miles de personas con discapacidades físicas y mentales. Además, la masacre de Rechnitz, ocurrida en marzo de 1945, es un recordatorio de las brutalidades nazis, cuando cerca de 200 prisioneros judíos húngaros fueron ejecutados en un solo evento.
El descubrimiento de este nuevo campo subraya la necesidad de seguir investigando y documentando los crímenes del pasado para garantizar que no se repitan en el futuro. Especialistas y autoridades han señalado la importancia de recuperar los restos, identificarlos y rendir homenaje a las víctimas, manteniendo viva la memoria de los hechos ocurridos en Austria durante la ocupación nazi.
Con información de Swissinfo.
