Un enfrentamiento entre artesanas y policías municipales ocurrió en el Centro Histórico de Querétaro cuando las autoridades intentaron reubicar a vendedores ambulantes. La medida buscaba liberar la vía pública y garantizar el paso peatonal, sin embargo, los comerciantes se negaron a trasladarse a la Feria Artesanal en el Jardín Guerrero, lo que desató una confrontación.
Durante el operativo, artesanas y policías intercambiaron empujones y lanzaron objetos como sillas y palos. Como resultado, al menos cinco policías resultaron lesionados y cuatro personas fueron detenidas. Este conflicto se suma a episodios previos de desalojos en la zona, donde los vendedores han denunciado uso excesivo de la fuerza.
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Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por las detenciones de comerciantes indígenas, calificando las acciones policiales como represivas. Mientras tanto, las autoridades locales insisten en que buscan mantener el orden y preservar la imagen del Centro Histórico, aunque los artesanos argumentan que las alternativas ofrecidas afectan sus ingresos.
El enfrentamiento ha generado un debate sobre el derecho al trabajo y el equilibrio entre la preservación del patrimonio y la economía informal en Querétaro.
