Chihuhaua, Chih.- En un giro inesperado de eventos, la glorieta de San Felipe se convirtió en la protagonista de una nueva escena de caos vial, y en esta ocasión, el Corvette no fue el “héroe” de la historia. El auto deportivo, que promete velocidad y poder, terminó haciendo una parada no tan “glamorosa” al ser impactado por un vehículo color arena en la parte trasera.
El choque, que tuvo lugar en la intersección de las avenidas San Felipe, División del Norte y Trasviña y Retes, generó una parálisis en el tráfico de la zona, especialmente por el horario, y dejó a los conductores un poco más “estresados” de lo que ya estaba la situación. El Corvette, con su imponente color azul eléctrico y sin placas visibles, no pudo escapar de la sorpresiva maniobra del auto que venía detrás. El impacto lo proyectó unos metros, causando daños materiales en ambos vehículos.
Afortunadamente, no hubo heridos de consideración, pero los daños materiales fueron de alta factura. Y mientras los agentes de seguridad, que parecían tener más trabajo que de costumbre, se encargaban de abanderar la zona, un detalle curioso emergió: en esa misma glorieta, horas antes, dos Mercedes Benz idénticos, C200, también se estrellaron. Un déjà vu de accidentes automovilísticos, pero con vehículos mucho más lujosos.
El incidente dejó claro que ni el Corvette ni los autos de lujo tienen inmunidad a la impredecible ley de las glorietas. Al final, el espectáculo continuó, con los agentes de Policía Vial y la aseguradora encargándose de la escena, mientras el tráfico se recuperaba lentamente y los curiosos se dispersaban