Chihuahua, Chih.- En un ejercicio curioso, la inteligencia artificial Grok, capaz de responder preguntas de todo tipo, se enfrentó a una de las más complejas en la política mexicana: ¿Qué políticos en México no han sido corruptos? A pesar de su alta capacidad para procesar información, la IA se quedó pensando, y lo que parecía una pregunta sencilla se convirtió en un enigma.
Grok no pudo dar una respuesta rápida, tardó varios minutos para finalmente mencionar a Adolfo Ruiz Cortines, presidente de México de 1952 a 1958, como ejemplo de un político.
La IA, sin embargo, dejó claro que la percepción de “no corrupto” puede variar según el contexto, y que encontrar políticos completamente ajenos a la corrupción en México es un reto debido a la naturaleza sistémica del problema.
Esta situación pone en evidencia que, a pesar del avance de la tecnología, aún no es posible garantizar la integridad de los actores políticos a través de algoritmos, y que la corrupción sigue siendo una cuestión profundamente humana y difícil de desentrañar.
