En una decisión sin precedentes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un memorando que autoriza al Departamento de Defensa a tomar control de diversas tierras federales a lo largo de la frontera sur, con el propósito de reforzar las acciones de seguridad y vigilancia contra la migración irregular.
El documento, dirigido a los titulares de Interior, Seguridad Nacional, Defensa y Agricultura, establece que las Fuerzas Armadas podrán asumir jurisdicción sobre terrenos públicos, incluido un corredor de 18 metros de ancho conocido como la Reserva Roosevelt, ubicada en la línea divisoria entre Estados Unidos y México.
La medida excluye expresamente a las Reservas Indígenas Federales, pero otorga a las Fuerzas Armadas facultades para instalar infraestructura militar, tecnología de vigilancia y realizar actividades consideradas necesarias para la protección fronteriza.
De acuerdo con el memorando, las zonas bajo control militar podrán funcionar como “áreas de retención”, donde los migrantes que crucen de manera irregular permanecerán hasta ser entregados a las autoridades de Seguridad Nacional para su respectiva deportación.
El anuncio ha generado debate en torno a la Ley Posse Comitatus de 1878, que prohíbe a las fuerzas militares participar en labores de seguridad pública. No obstante, la administración de Trump busca establecer una reinterpretación legal al redefinir estas áreas como instalaciones militares.
La decisión representa un cambio significativo en la política fronteriza de Estados Unidos y amplía el rol de las Fuerzas Armadas en tareas tradicionalmente reservadas a agencias civiles.