H. Cd. de Chihuahua.- Tras el sismo de magnitud 5.2 registrado el 14 de abril en San Diego, resurgió la alerta en Rancho Palos Verdes, en Los Ángeles, donde enormes grietas dividen calles y hogares, incluso provocan hundimientos de casas.
La zona, construida sobre acantilados, sufre deslizamientos acelerados que ya obligaron al cierre de carreteras, corte de luz, agua y gas. En septiembre de 2024, el gobernador Gavin Newsom declaró “estado de emergencia”.
Según expertos, el terreno con rocas débiles y lluvias intensas de los últimos años han generado el movimiento. La ciudad perforará pozos para drenar agua subterránea y frenar el deslizamiento.
Más de 240 hogares quedaron sin luz. En septiembre, un poste caído causó un incendio forestal, y aunque no es obligatoria, se promueve la evacuación. Algunos residentes se niegan a irse.
La situación reaviva el temor por “The Big One”, un posible megaterremoto en la falla de San Andrés. Sin embargo, científicos aseguran que las grietas solo afectan Rancho Palos Verdes, sin conexión directa con dicho evento por ahora.
