En abril de 2025, la ciudad de Imperatriz, Brasil, fue escenario de un crimen que conmocionó a todo el país. Jordélia Pereira Barbosa, una mujer de 35 años, presuntamente envenenó huevos de Pascua y los envió como regalo a la nueva pareja de su expareja, lo que provocó la muerte de dos menores y dejó a una mujer en estado crítico.
Según la Policía Civil de Maranhão, el crimen fue motivado por celos y venganza. Jordélia, madre de dos hijos y esteticista reconocida en Santa Inês, habría actuado por despecho hacia Mirian Lira, de 32 años, actual pareja de su excompañero.
Huevos con veneno y un mensaje
Las autoridades detallaron que la sospechosa planeó el crimen con meticulosidad. Viajó 384 kilómetros desde Santa Inês hasta Imperatriz, compró chocolates disfrazada con peluca y gafas oscuras, y organizó la entrega mediante un mensajero. El paquete incluía una nota: “Con amor, para Mirian Lira. ¡Feliz Pascua!”
No era la primera vez que Jordélia intentaba acercarse a su rival. Según informes, previamente trató de entregarle dulces envenenados en el supermercado donde trabajaba, sin éxito. También se descubrió que organizó una falsa degustación de trufas para distraer a las autoridades.
Las víctimas: dos menores fallecidos
La tragedia ocurrió la noche del 16 de abril. Un mensajero entregó los huevos de Pascua en casa de Mirian. Luis Fernando Rocha Silva, de 7 años, fue el primero en comer el chocolate y cayó gravemente intoxicado. Murió horas después en un hospital local. Su hermana, Evelyn Fernanda, de 13 años, y su madre también resultaron intoxicadas. Evelyn murió el 22 de abril y Mirian permanece hospitalizada.
Los testigos relataron síntomas alarmantes como manchas moradas en las manos y dificultad para respirar. El Instituto de Criminalística analiza la sustancia tóxica utilizada.
Una investigación con pistas sólidas
El testimonio del novio de Mirian, quien apuntó a su excompañera como sospechosa, fue clave. La policía detuvo a Jordélia el 17 de abril en un autobús en Santa Inês. Entre las pruebas recabadas se encuentran:
- Videos de cámaras de seguridad que muestran a Jordélia disfrazada comprando chocolates.
- Objetos incautados como pelucas, boletos de autobús, restos de chocolate y una sustancia tóxica.
- Testimonios y recibos que la vinculan con la planeación del crimen.
Aunque confesó haber enviado los chocolates, Jordélia niega haberlos envenenado. Sin embargo, el delegado Manoel Almeida aseguró que “todos los indicios apuntan a su autoría”. Está detenida en la Unidad Prisional Femenina de Pedrinhas y enfrenta cargos por doble homicidio calificado, tentativa de homicidio y falsedad ideológica.
Más que un crimen: un país consternado
El caso desató indignación nacional. Jordélia, con más de 12 mil seguidores en redes sociales donde publicaba mensajes motivacionales, fue descrita por vecinos como una mujer tranquila y trabajadora. Su perfil ocultaba una faceta que ahora es investigada con lupa.
El caso ha reabierto debates sobre la violencia pasional en Brasil, la regulación de conflictos personales y la protección de menores ante situaciones de riesgo. Las autoridades indagan si Jordélia actuó sola o con ayuda. Mientras tanto, la familia Lira enfrenta un duelo devastador y el país una reflexión profunda sobre los límites del rencor.