El gobierno de Donald Trump acusó este viernes a Alemania de “reconstruir el Muro de Berlín”, luego de que su agencia de inteligencia interior clasificara al partido Alternativa por Alemania (AfD) como una organización “extremista de derecha”. La decisión se da tras el histórico avance electoral de la AfD, que superó el 20% de los votos en las legislativas del 23 de febrero y amenaza con desplazar a los partidos tradicionales.
“El partido más popular de Alemania está siendo atacado por los burócratas”, señaló el vicepresidente JD Vance en la red social X, mientras que el secretario de Estado, Marco Rubio, calificó la medida como una “tiranía disfrazada de democracia” y exigió revertirla. Ambos líderes criticaron duramente al gobierno alemán por otorgar mayores facultades de vigilancia a su agencia de inteligencia contra lo que consideran oposición política legítima.
La reacción alemana fue inmediata. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores se defendieron afirmando que actuar contra el extremismo de derecha es un acto de democracia y una lección aprendida de su historia. En un comunicado, la Oficina para la Protección de la Constitución argumentó que la ideología de la AfD atenta contra la dignidad humana y es incompatible con el orden democrático.
La polémica escala la tensión entre Berlín y Washington, marcando un nuevo episodio de injerencia de la administración Trump en política interna europea, especialmente en temas vinculados a la ultraderecha y la libertad de expresión en el viejo continente.
