La delincuencia organizada ha extendido su dominio a lo largo y ancho del territorio mexicano, con estructuras operativas que no solo controlan vastas regiones del país, sino que también han ampliado su influencia más allá de las fronteras.
Así lo advierte la Evaluación Nacional de Amenazas 2025, un informe publicado esta semana por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).Según el reporte, los principales cárteles mexicanos —Sinaloa y Jalisco Nueva Generación— no solo protagonizan una disputa territorial interna, sino que han logrado construir redes internacionales de tráfico de drogas que abarcan más de 40 países.
Ambos grupos son considerados los actores más poderosos y violentos dentro del panorama criminal global.El Cártel de Sinaloa, tradicionalmente una de las organizaciones criminales más consolidadas, mantiene una fuerte presencia en al menos 18 entidades del país.

Sus actividades se centran en la producción, elaboración y tráfico de drogas sintéticas, particularmente fentanilo, metanfetaminas y cocaína. Sin embargo, la organización enfrenta una fractura interna que ha generado nuevas dinámicas de violencia.
El informe detalla un conflicto entre las facciones conocidas como “La Chapiza” —liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán— y “La Mayiza”, encabezada por Ismael Zambada Sicairos, alias “Mayito Flaco”, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada. Como resultado de esta pugna, se habría concretado una alianza entre “La Mayiza” y el Cártel del Noreste, con el objetivo de enfrentar a los hijos de “El Chapo” a cambio de rutas y protección en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.Por su parte, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) supera en alcance a su rival directo al tener presencia en al menos 20 estados del país.
La DEA destaca su extrema violencia, empleada como mecanismo de control territorial y eliminación de adversarios.El CJNG también mantiene relaciones de conveniencia con otras organizaciones, incluyendo acuerdos con “La Chapiza”, a quienes les habría cedido territorios a cambio de colaboración en la confrontación con “La Mayiza”.

El Cártel del Noreste, surgido de la fragmentación de Los Zetas, mantiene dominio en al menos cuatro estados y destaca por su brutalidad. Utiliza la violencia sistemática para cometer extorsiones, secuestros, cobro de piso y homicidios, además de dedicarse al tráfico de armas y drogas.
Tiene fuerte presencia en Michoacán, Estado de México, Ciudad de México, Guerrero y Morelos. También ha sido vinculado al tráfico de armas hacia grupos criminales en Centroamérica.La Nueva Familia Michoacana, integrada por remanentes de los Caballeros Templarios, ha crecido mediante alianzas regionales y disputas territoriales con el CJNG.
El grupo está conformado por células como Los Viagras, Los Blancos de Troya y el Cártel del Abuelo. Su control se extiende en Michoacán, Guerrero y Morelos, y sus ingresos provienen de la producción de metanfetaminas, así como de actividades extorsivas y secuestros, especialmente en zonas agrícolas.

El Cártel del Golfo continúa operando en siete estados del país y sostiene constantes enfrentamientos con el Cártel del Noreste, su rival histórico. A pesar de las divisiones internas, esta organización mantiene redes de tráfico de drogas, armas y migrantes. Su cercanía con la frontera norte lo convierte en un actor clave en los flujos migratorios ilegales hacia Estados Unidos.
La DEA responsabiliza a los cárteles mexicanos de ser los principales proveedores de opioides sintéticos —especialmente fentanilo— que han provocado la muerte de decenas de miles de estadounidenses en los últimos años. Tan solo en 2024, estima la agencia, estas organizaciones facilitaron el ingreso de cerca de tres millones de migrantes de manera ilegal a Estados Unidos, muchas veces como parte de redes de tráfico humano.
El documento subraya que los cárteles han perfeccionado sus métodos de producción, distribución y lavado de dinero, estableciendo vínculos con grupos criminales en Sudamérica, Europa y Asia, y utilizando criptomonedas y empresas fachada para evadir controles internacionales.
La “Evaluación Nacional de Amenazas 2025” pinta un escenario crítico tanto para la seguridad de México como para la salud pública y la estabilidad fronteriza de Estados Unidos, y refuerza el llamado de Washington a una mayor cooperación bilateral para combatir el crimen organizado trasnacional.