H. Cd. de Chihuahua.- Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias La Perris, fue abatido el 23 de mayo en Navolato por fuerzas especiales del Ejército Mexicano. Antes de morir, su último llamado por radio dejó clara la desorganización y el abandono de sus escoltas:
La Perris: “Mi compa, mi compa, 37”.
Sicario: “Adelante, adelante, oiga, deme la ubicación exacta para caerle ahí con la plebada”.
La Perris: “No me dejes güey”.
Sicario: “Negativo, negativo, jefe, así vamos”.
La Perris: “37, estoy a la vuelta”.
Sicario: “¿A qué altura? Acá, aquí andamos varias unidades”.
La Perris: “¿A qué le tienes miedo o qué, verg*? Si los pinches soldados aquí andan ya, a la verg*”.
La Perris: “Órale, vergs, arrímese, verg, no que muy verg*s, órele”.
Minutos después fue abatido dentro de una vivienda sencilla que servía como tiendita de narcomenudeo. Su cuerpo fue hallado sobre una cama, con el torso descubierto y un fusil a su lado; las paredes tenían impactos de bala.
Aunque oficialmente se reportó un enfrentamiento, se sospecha que fue traicionado desde dentro, pues integrantes del grupo rival La Mayiza habrían entregado su ubicación.
“La Perris” intentó negociar su salida del crimen con autoridades, lo que le valió enemistades internas. Además, fue señalado por filtrar información que llevó a la detención de figuras clave de Los Chapitos, y coordinó el traslado de “El Mayo” Zambada a Estados Unidos, detonando una guerra interna en el cártel.
Buscado por EU con recompensa de un millón de dólares, estaba acusado de tráfico de fentanilo, explosivos y violencia extrema. Sin embargo, murió en una modesta casa sin protección, con tatuajes de sus familiares visibles en el brazo.
Medios locales reportaron que junto a él fue abatido un hombre conocido como El Chema, sin confirmación oficial.