Donald Trump se posiciona como el nuevo “aliado” de las criptomonedas desde la Casa Blanca, según declaró su vicepresidente J.D. Vance durante la conferencia Bitcoin 2025 en Las Vegas. El mensaje fue claro: su gobierno respaldará la expansión del sector y se deslindará de las regulaciones que frenaron su crecimiento en administraciones anteriores.
Desde su llegada al poder en enero, Trump ha dado pasos concretos. Nombró al procripto Paul Atkins al frente de la SEC, prometió remover a figuras como Gary Gensler, y creó una reserva estratégica de bitcoin con activos confiscados.
Además, instruyó a la OCC para permitir que los bancos operen con monedas digitales y empuja la Ley GENIUS para regular las stablecoins.
Vance defendió que estos movimientos buscan “democratizar los mercados financieros” y eliminar las trabas legales que se usaban “como armas contra la comunidad cripto”. Según dijo, el gobierno de Trump está decidido a integrar al bitcoin como una parte formal de la economía estadounidense.
Sin embargo, las críticas no han cesado. Trump lanzó su propia moneda digital ($TRUMP), promovió una plataforma de intercambio y organizó cenas exclusivas para sus grandes inversionistas, lo que ha encendido alertas por posibles conflictos de interés.
Su empresa, Trump Media and Technology Group, también planea generar una reserva privada de bitcoin con una inversión inicial de 2,500 millones de dólares.